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"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:32
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“Escuchen hermanos, hermanas”

El tema de este estudio, está basado en el discernimiento de la Palabra de Jesús registrada en el Nuevo Testamento, y, además, una invitación a leerla, estudiarla, analizarla, y mucho más importante aún, discernirla, para poder actuar en forma adecuada como personas cristianas que somos, sin menosprecio de cualquier denominación o creencia religiosa.
Es necesario advertir, que estas consideraciones vertidas en este tema no pretenden ser la verdad absoluta, sino una humilde forma para ser analizada, meditada y discutida, y acercarnos un poco más en interesarnos para entender y comprender lo que Jesús nos vino a transmitir por decisión del Padre para recuperar el verdadero acceso al Reino de Dios aquí en la tierra.
José Luis Hernández Cuéllar
El hombre no ha querido comprender que todo eso que actualmente le afecta y lo lastima, es la consecuencia de haberse conducido en su vida como lo ha querido, por lo que, hasta que algo imprevisto sucede, cae en la cuenta, de que lo que ha conseguido hasta la fecha no es ni por mucho lo que cree merecer de acuerdo a los esfuerzos realizados, sin ponerse a reflexionar, que todo lo realizado hasta hoy lo ha hecho con sus propias fuerzas y conocimientos e imponiendo su forma de pensar de acuerdo a sus experiencias personales o a las expectativas que se ha formado en la familia, en el trabajo, profesión, o en su religión, en la que a pesar de creer que todo lo ha hecho en el Nombre de Dios, la realidad es que a través del tiempo las cosas no han resultado como lo había esperado y cree que todo se debe a que esa es la voluntad de Dios.
La realidad, es que no nos hemos permitido conocer de Dios más allá de lo que nos han marcado las tradiciones religiosas u otros escritos, es decir, más allá de lo que nos han enseñado o hemos querido ser enseñados a través de las personas a las que les hemos dejado esa responsabilidad, lo que a propiciado que no reconozcamos que existen otras fuerzas de las cuales nos podríamos sujetar para seguir los tiempos y el orden que Dios manifiesta a través de su Hijo Jesucristo para que todas las cosas negativas que nos han estado sucediendo vayan desapareciendo y su lugar vaya siendo ocupado por el amor, la fe, la prosperidad, la salud y la fortaleza que Dios ofrece si reconocemos ,aceptamos y obedecemos esa suprema voluntad para que sea cumplido lo que todo padre amoroso quiere para sus hijos: ¡Que seamos verdaderamente felices!
Para alcanzar esa felicidad que Dios quiere para el hombre, sólo tiene éste que obedecer su mandato de guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo, y para que esto llegue a ser posible, deberá estudiarla, reflexionarla y meditarla profundamente para recibir su discernimiento en su esencia espiritual. ¿Por qué? porque la enseñanza que Jesús quiere compartir al ser humano va mas allá de lo que muchos conocemos, para dejar a un lado enseñanzas y mandatos de hombre.
Veamos...
Existen en la actualidad, diversas formas y enseñanzas para tratar de llegar al conocimiento de qué, o quién es Dios, por lo que a través de los tiempos, la historia nos revela que el hombre siempre ha estado inquieto en referencia a este asunto, prácticamente desde su creación y hasta la fecha, tiempos en los que han surgido, crecido y desaparecido doctrinas que han tratado de aclarar este profundo misterio. Pero también a la fecha han permanecido doctrinas o dogmas que se han convertido, para quien las ha adoptado, en la forma verdadera de alcanzar ese conocimiento.
También existen varias asociaciones que han tratado de llegar a él siguiendo métodos trazados a través del conocimiento de humana sabiduría, tomando invariablemente, de enseñanzas de doctrinas existentes y doctrinas que existieron, lo que les ha parecido lo más cercano a la verdad, interpretada ésta según el libre albedrío humano. Sólo que de todas esas doctrinas para conocer a Dios, resalta una que fue capaz de dividir en dos partes los tiempos históricos del mundo, y ésta es: la doctrina de Jesús llamado el Cristo.

 

 

 

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:38

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Etiqueta 2

No se pretende juzgar o descalificar de ninguna manera la veracidad de esas doctrinas o dogmas diferentes a la fe cristiana, sino más bien hacerlas dignas de respeto porque también buscan el amor y la misericordia de Dios y el conocimiento para entender el propósito de la existencia del hombre, es decir: de dónde viene y a dónde va. Pero, de lo que verdaderamente se trata, es de que si todos los que creemos en Jesús de cualquier Iglesia o denominación tenemos un fundamento que hemos aceptado a través del Nuevo Testamento para conocer la voluntad de Dios, entonces deberíamos interesarnos verdaderamente en estudiar, reflexionar y meditar en su contenido para llegar a ese conocimiento, para que así nuestro cuerpo, alma, mente y espíritu se sintonicen y vibren en perfecta armonía en la Trinidad Santa y Perfecta de Dios.
Desafortunadamente la Palabra de Dios que Jesucristo nos vino a enseñar, se ha visto envuelta en diversas tradiciones religiosas que a fuerza de quererla interpretar con razonamientos y pensamientos de hombre, a sufrido preocupantes cambios en su percepción y aplicación primitiva, y esto se ha dado, porque el hombre la ha ido adaptando cada vez que así lo ha creído necesario a los tiempos en que las cosas del hombre han ido cambiando, pero sobre todo, de acuerdo a ambiciones humanas de poder y de riqueza, y es por eso que actualmente nos encontramos inmersos en varias tradiciones religiosas que más que nos acerquen debidamente al Reino de Dios por el camino a la obediencia fiel de su Palabra dada a Jesús, vamos siendo desviados por otros senderos más largos para llegar a él.
Esta situación llevó al hombre a dividir la fe cristiana en dos grandes partes, por un lado, la Iglesia católica, apostólica y romana, y por el otro, que en razón de no estar de acuerdo con la Iglesia católica en la forma de hacer las cosas en la doctrina de Jesús, se denominó Protestante.
Por las mismas causas, al darse esta división y dentro de la misma forma protestante, surgieron otras denominaciones en la Iglesia Cristiana tales como la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Anglicana, la Iglesia Metodista, y varias más, cada una por lo regular, con su forma muy particular de interpretar y transmitir la enseñanza de Jesús para intereses muy particulares, lo que ha traído como consecuencia que se hayan ido formando diversas denominaciones cristianas, que a fuerza de llevarlas a cabo con regularidad se hayan llegado a considerar, en cada una de ellas por quienes la practican, como la forma correcta de entender, transmitir y aplicar la enseñanza que Jesús comparte al hombre.
Se debe dejar bien claro que tampoco se pretende invalidar ninguna de las normas, formas y métodos que cada Iglesia utiliza para enseñar la Palabra de Dios, sino de reconocer, que de distintas maneras, el hombre ha estado acomodando y adaptando la doctrina de Jesús a sus valores, necesidades y ambiciones humanas, en sus emociones, en sus sentimientos, en su afán por poseer poder y riqueza y reconocimiento personal a través de serle reconocida cierta autoridad en los asuntos religiosos en sus Iglesias, etc. etc. y se han olvidado de los auténticos valores espirituales que la Palabra de Dios dada a Jesús nos quiere comunicar a través de su estudio, reflexión y meditación, para que a través de ello, se conozca y se entienda y se aprenda a aplicar convenientemente la forma de separar lo material de lo espiritual, es decir, separarlos como se separa el agua del aceite y sea colocado cada cual en el lugar que le corresponde, entendiendo que el agua representa lo material y el aceite lo espiritual, por lo consiguiente, lo material quedaría como estrado de lo espiritual para que así el hombre reciba el discernimiento de la Palabra de Jesús en su esencia espiritual que lo llevará de la mano a recuperar su identidad en Dios.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:40

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Etiqueta 3

Indiscutiblemente estos textos bíblicos considerados por todos los cristianos de cualquier denominación como sagrados y verdaderos, deberemos de reconocer, que a través del tiempo, han sufrido serias modificaciones al ser traducidos al lenguaje particular de cada nación, y prueba de ello, son las distintas versiones bíblicas que el hombre tiene de la Palabra de Jesús, ya que éstas están escritas con diferentes palabras para decir lo mismo, amén de solo reconocer ciertos documentos bíblicos aceptados por las Iglesias cristianas que van de acuerdo a sus enseñanzas, pero a pesar de todo lo anterior, cuando nos adentramos en el estudio, reflexión y meditación de la Escritura del Nuevo Testamento nos iremos dando cuenta, y posteriormente reconoceremos, que la esencia, es decir: lo más puro; la sustancia: lo que le da forma; y la eternidad: lo que perdura para siempre de la Palabra de Jesús, no se ha podido modificar a pesar de las alteraciones que pudiere haber sufrido su enseñanza a través del tiempo, lo que reafirma que el hombre debería leer, estudiar, reflexionar y meditar profundamente la doctrina de Jesús para aprender a guardarla y enseñarla a cumplir con fidelidad como la voluntad de Dios uniéndose verdaderamente a Jesús y así deje de llevar las cadenas que el Tentador le ha colocado para someterlo, de tal manera que, sin saberlo, niegan la existencia de Dios.
Pero esto sólo se hará realidad cuando el hombre se decida a aceptar y recibir la voluntad de Dios en su mente para ser realmente libre, libre para disfrutar a plenitud el Reino de Dios en este mundo, reconociendo y aceptando, que para alcanzarlo deberá aprender y poner en práctica la separación que debe de hacerse de lo espiritual con respecto de lo material para darle así a Dios lo que es de Dios y al hombre lo que del hombre es.
Reflexionemos en lo siguiente, ya que no se trata de formar una nueva Iglesia en el Nombre de Jesús, puesto que la Iglesia de Jesucristo es única e indivisible, ni tampoco se pretende separar a las personas de cualquier denominación cristiana de las comunidades o congregaciones a las que regularmente asisten, pues como dice la Palabra:
¿Acaso está dividido Cristo?
1 de Corintios 1: 13
Tampoco se pretende que las personas de otras religiones diferentes a la fe cristiana se adhieran a Dios a través de Jesús, y pues, ojalá que lo escrito en estos párrafos sirva de alguna reflexión para que todos los que creemos en Dios - como quiera que se le llame - y aún los que no crean, reflexionemos en que, lo más importante de todas ellas está basado en el amor y el perdón, aunque el hombre se ha encargado de torcer los rectos caminos de Dios.
Así pues, lo que se pretende es de que todos los seres humanos decidamos prepararnos debidamente para que nuestra mente sea cautivada por la Mente de la Sabiduría y Poder Eterno de Dios, estudiando, reflexionando y meditando profundamente su Palabra plasmada en el Nuevo Testamento para adentrarnos en el conocimiento espiritual que nos enseña cómo hacer verdaderamente nuestra la Alianza Nueva de Dios con los hombres al seguir los tiempos, el orden y propósito de Dios en la encomienda dada a Jesús y así integremos nuestro espíritu, alma y cuerpo en permanente alabanza a Dios en su Trinidad Santa y Perfecta, uniendo y fundiendo nuestro espíritu con el Espíritu de Jesús para recuperar nuestra verdadera identidad en Dios, con el conocimiento pleno de haber sido hechos a su imagen y semejanza al ser enteramente fieles a su mandato cuando en su Palabra dice:
"Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó aparte, ellos solos, a un monte muy alto. Y allí cambió de aspecto delante de ellos. Sus ropas se volvieron blancas y resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo sería capaz de blanquearlas de ese modo. Y se les aparecieron Elías y Moisés, los cuales conversaban con Jesús". Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bueno que estamos aquí! Levantaremos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías" "En realidad no sabía lo que decía, porque estaban aterrados. En eso se formó una nube que los cubrió con su sombra, y desde la nube llegaron estas palabras: "Este es mi Hijo, el Amado: a él han de escuchar." Y de pronto, como miraron alrededor, no vieron ya a nadie; sólo Jesús estaba con ellos.
Cuando bajaban del cerro, les ordenó que no dijeran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron el secreto, aunque se preguntaban unos a otros que será eso de resucitar de entre los muertos.”
Mateo. 7: 1-9
Tratemos de discernir este evento espiritualmente, para conocer la enseñanza que Jesús quiere transmitir."
Como vemos, Jesús tomó a los tres discípulos que estaban siempre más cerca de él para que fueran testigos de ese extraordinario suceso en el cual nos da a entender, que el hombre que quiera estar cerca de Dios, deberá subirse sobre ese cerro alto formado con las tradiciones religiosas y la sabiduría humana y sus cotos de poder y colocar encima de todo eso a las cosas espirituales de Dios para ser vestido con ese ropaje espiritual y así saber reconocer, que la visita que hicieron Moisés y Elías a Jesús, fue para que el hombre creyente de Dios, no levante altares o chozas a ningún profeta o líder en las cosas espirituales de Dios, de tiempos pasados o actuales, ya que por disposición del Padre esos tiempos habían llegado a su fin, por lo que ahora ellos dejaban el lugar a Jesús para que diera cabal cumplimiento a lo que el Padre le encomendó, es decir: liberar al hombre de las cadenas religiosas que por siglos lo había mantenido esclavizado. Lo cual, hasta la fecha no ha sucedido porque seguimos aceptando esas vendas negras en nuestros ojos espirituales y no nos hemos preocupado por conocer más de la esencia espiritual que la Escritura del Nuevo Testamento contiene.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:44

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Etiqueta 4

Esta encomienda fue la de enseñarle al hombre, a través de cosas que pudiera ver, a recuperar el poder que viene de lo alto para resucitar a su condición espiritual de la que originalmente desciende, para que la esencia, substancia y eternidad del Único y Eterno Yo Soy, sea en él.
Por eso es necesario conocer que de lo que se trata de comunicar en este escrito, no es para que alguien pretenda buscar un lugar especial dentro de la enseñanza que Jesús comparte al hombre que le hiciera sentir tener alguna autoridad sobre los demás, es decir, algo así como un jefe o un líder o algo semejante que a la larga lo haría caer en lo que se trata de evitar según la advertencia que la Palabra de Jesús nos hace en Lucas 22: 24 - 27 que dice:
"Pero luego comenzaron a discutir cuál de ellos debería ocupar el primer lugar." Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones se portan como dueños de ellas y, en el momento en que las oprimen, se hacen llamar bienhechores. Ustedes no deben de ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes se portará como si fuera el último, y el que manda como el que sirve. Pues ¿quién es más importante: el que está sentado a la mesa o el que sirve? El que está sentado, ¿no es cierto? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve."
Esta Palabra de Dios nos confirma que no debemos buscar ningún puesto para transmitir la enseñanza de Jesús que nos pudiera hacer sentir una autoridad en lo espiritual sobre los demás, tomando en cuenta que Jesús siendo quien es, no vino para ser servido sino para servirnos el Pan de vida que es su cuerpo y el Vino Nuevo que es su sangre a través de la enseñanza de su Palabra en el discernimiento de ella en su esencia espiritual, lo que alimentará a nuestro espíritu y fortalecerá nuestra mente para querer conocer de nuestro verdadero origen para volver al camino, por lo que, cada uno de los que han sentido ser llamados como encargados para repartir el alimento del que él vino a servirnos, cuiden de no alterar su pureza para ser considerados fieles encargados de las obras misteriosas de Dios y sean convertidos en afluentes y fuentes del poder y autoridad de su Palabra al guardarla y enseñarla a cumplir con fidelidad como la voluntad de Dios, reconociendo, que sólo a Jesucristo le fue dado todo poder y autoridad en el Cielo y en la tierra, y que a ningún ser humano de tiempos pasados o actuales, le ha sido otorgado lo mismo, sin embargo, todos aquellos que glorifiquen el Nombre de Jesús guardando y enseñando a cumplir su Palabra, estarán glorificando al Padre, y en el tiempo en que él lo disponga, serán convertidos en esos afluentes y fuentes de su poder para que éste fluya grandemente a través de ellos en el Nombre de Jesús y puedan compartir esa herencia que Dios reserva a sus hijos obedientes de su voluntad divina.
Esa herencia prometida es las que nos hará ser libres, libres de las cadenas de opresión que nos mantienen esclavizados a las obras, ambiciones, angustias, placeres, pensamientos mundanos y tradiciones religiosas; así, que si alguien quiere ser más que los demás, que no busque su propio provecho y se haga servidor de todos dando de gracia lo que de gracia reciben, así Dios proveerá al hombre de todo lo necesario al pedírselo en el Nombre de Jesús, o a Jesús mismo, ya que al hacerlo en su Nombre, Jesús, estaremos glorificándolo a él y por lo consiguiente estaremos glorificando al Padre, lo que hará que disfrutemos de su Reino abundantemente en este mundo y de la vida eterna en el mundo venidero.
Recordemos que de lo que se trata a través de estas reflexiones y consideraciones, es el de interesarnos para introducirnos en la lectura, estudio, reflexión y meditación de la Palabra de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento fortaleciendo nuestra fe para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad su Palabra en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y así, lleguemos a estar no sólo juntos y unidos manos con manos, sino a estar unidos y unánimes en la obediencia a la voluntad de Dios.
Si a usted le ha parecido escuchar el llamado de Jesús para conocerlo conforme al discernimientos de su Palabra en su esencia espiritual y quiere ser libre para despertar a la vida verdadera, lea, estudie, reflexione y medite profundamente en las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento para que la voluntad de Dios a través de los Dones y el Fruto del Espíritu sean en usted.
Dios permita que quienes se interesen por los temas aquí expuestos los tomen como estudio y no como algo que los quiera hacer cambiar de denominación, sino que solo son para afianzar nuestra fe cristiana por lo que se hace necesario que todos participemos con respeto en nuestros comentarios. Gracias hermanos y hermanas en la fe cristiana.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:47

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Etiqueta 5

Reflexionemos un poco sobre la identidad de Dios conforme a las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento para reconocer el camino recto al Reino de Dios según su Palabra dada a Jesucristo su Hijo, para no tomar otros senderos que nos van desviando a cada momento del verdadero camino a la verdad y a la vida que en Jesús es.
Dios en su esencia, sustancia y eternidad no tiene principio ni tiene fin.
Dios es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente, el Alfa y el Omega, principio y fin de todas las cosas visibles e invisibles.
Dios es el Altísimo porque no hay nada ni nadie mayor que él.
Dios es el ser sin pasado ni futuro, Él está siempre presente en toda su creación.
Dios se constituyó a si mismo en una Trinidad Santa y Perfecta, pues su Palabra dice:
En el principio era el Verbo. (El Padre)
El Verbo era con Dios. (El Hijo)
Y el Verbo era Dios. (El Espíritu Santo)
Y Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. (Cuerpo, Alma y Espíritu)
Dios es el Yo-Soy verdadero, quien permanece por siempre a través de toda su creación y habitando en cada uno de sus hijos obedientes, por lo consiguiente Dios está siempre en todas las cosas visibles e invisibles.
Dios es quien le otorgó la vida al hombre a su imagen y semejanza para que viviera a plenitud bajo su santa cobertura y disfrutara de todo lo que dispuso para él y no tuviera necesidades de ninguna especie, y por tal razón, Dios lo formó de cuerpo, alma y espíritu en total comunión con él en su imagen y semejanza, pues dijo:
"Hagamos, al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que mande a los peces del mar, y a las aves del cielo, a las bestias, a las fieras salvajes y a los reptiles que se arrastran por el suelo. Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó."
Dios los bendijo diciéndoles: "Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla. Manden a los peces del mar, a las aves del cielo y a cuanto animal viva en la tierra."
Génesis 1: 26 al 28
El segundo relato de la creación dice:
"Entonces Jehová formó al hombre con polvo de la tierra, y sopló en sus narices aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida."
Génesis. 2: 7)
¿Tierra: Cuerpo? ¿Alma: aliento? Y, ¿Espíritu: vida?
"Luego Jehová plantó un jardín en un lugar del Oriente llamado Edén; allí colocó al hombre que había formado. Jehová hizo brotar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y buenos para comer. Y puso en medio el árbol de la Vida y el de la Ciencia del bien y del mal."
Génesis. 2: 7 al 9 )
“Jehová tomó, pues, al hombre, y lo puso en el Jardín del Edén para que lo cuidara y cultivara. Y Dios le dio esta orden al hombre: "Puedes comer de cualquier árbol que haya en el jardín, menos del árbol de la Ciencia del bien y del mal; porque el día que comas de él, morirás sin remedio"
Después dijo Jehová. "No es bueno que el hombre esté solo, Haré, pues, un ser semejante a él para que lo ayude."
Gen: 2: 15 al 18).
"Jehová entonces formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para que les pusiera nombre. Y cada ser viviente había de llamarse como el hombre lo había llamado. El hombre puso nombre a todos los animales, a las aves del cielo y a las fieras salvajes. Pero no se encontró en ellos a un ser semejante a él para que lo ayudara.
Entonces Jehová hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Y le sacó una de sus costillas, tapando el hueco con carne. De la costilla que Jehová había sacado al hombre, formó a una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada.
Por eso el hombre deja a sus padres para unirse a una mujer, y son los dos una sola carne. Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no por eso se avergonzaban."
Gen: 2: 19 al 25
Todo lo que el Génesis nos habla de la creación del ser humano, (hombre y mujer,) nos da una visión de cómo éste vivía en perfecta armonía con Dios, sin embargo fueron separados de esa santa cobertura al ser tentada la mujer a desobedecer el mandato de Dios de no comer del fruto del árbol prohibido, convidándole a Adán de ese fruto, desobedeciendo él también de esa manera ese divino mandato.

 

"Escucha Hermana, Hermano"

02.06.2013 15:49

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Etiqueta 6

¿Que provocó en el ser humano esta desobediencia? Veamos:
1.- Le permitió la entrada al pecado a través de la desobediencia al mandato de Dios y al que se le conoce desde entonces como el pecado original.
2.- Se echó encima el enorme peso de decidir por si mismo lo que quería o no quería hacer, esto es, el libre albedrío.
3.- Conoció del miedo que castiga.
4.- Conoció la verguenza que le hizo sentirse incómodo.
5.- Sufrió el rechazo de Dios al ser separado del Edén.
6.- Fue enviado a la tierra maldecida por Dios y colocado de esta manera en el polo negativo.
7.- Comenzó a conocer de la Ciencia, del bien y del mal, lo que lo hizo sentirse autosuficiente para alejarse de Dios y casi olvidarse de su origen espiritual al permitir dejarse atrapar por todo lo material.
Como podemos apreciar, por la desobediencia de la mujer al mandato de Dios entró el pecado al mundo y el hombre comenzó a vivir su vida como mejor le parecía e imponiéndose la decisión de haberse apartado de Dios al no obedecer su mandato.
Esta situación, condujo a que por mandato de Dios, Moisés diera al hombre, (al ser humano), leyes que tendría que cumplir sin permitírsele desviarse para poder ser escuchado por Dios, o por el contrario, seguiría en las tinieblas a las que fue enviado por haber utilizado su libre albedrío para anteponer las cosas de este mundo en menosprecio a las cosas del mundo espiritual de Dios.
Esta obediencia a la Ley de Moisés, fue utilizada posteriormente para imponer una autoridad de hombre en las cosas de Dios, aplicando normas, enseñanzas y mandatos de hombre para reconocerse a si mismo menospreciando su verdadera identidad en Dios. Esta Ley la destinó Dios para que el hombre conociera del pecado y sus consecuencias al colocar lo material sobre lo espiritual, es decir: conociera el miedo, la verguenza, el rechazo, la contienda, la ambición, la envidia, la soberbia, la miseria espiritual, la incertidumbre, el egoísmo, etc., etc., y así fuera siendo enseñado y preparado para esperar a su debido tiempo, las Buenas Nuevas anunciadas por boca del Profeta Isaías cuando dice:
"Sepan que una virgen concebirá y dará a luz un hijo y los hombres lo llamarán Emmanuel, que significa Dios con nosotros."
Sabiendo Dios que el hombre en su condición humana, física y materialista y su formación religiosa tradicional, nunca podría por si mismo cumplir con la Ley que lo llevaría de vuelta al Paraíso dispuso, que si por una mujer entró el pecado y dio origen a la Ley que condenaba al hombre, por otra mujer entraría la gracia del perdón de Dios que lo libertaría de esa condenación. Esa maravillosa mujer por la gracia de Dios fue la virgen María, mujer formada en la santidad, mujer que Dios escogió desde el vientre de su madre, y aún desde antes para que fuera el canal bendecido por el cual naciera el Hijo del Hombre al que el Padre confirmó a su tiempo como su Hijo Unigénito. Por eso su Palabra dice en boca del Apóstol Pablo:
"Pero, escúchenme, En una casa el hijo ya es dueño de todo, pero mientras es niño en nada se diferencia del esclavo. Está sometido a quienes lo cuidan y se encargan de sus asuntos hasta le fecha fijada por su padre. Lo mismo nosotros, pasamos por una etapa de niñez y estuvimos sometidos a las fuerzas y principios que rigen al mundo. Pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, el cual nació de mujer y fue sometido a la Ley, con el fin de rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que así llegáramos a ser hijos adoptivos de Dios. Ustedes ahora son hijos; por esta razón, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre ¡ Papaíto!. Así pues, ya no eres esclavo, sino hijo, y tuya es la herencia por gracia de Dios. En otros tiempos no conocían a Dios, y sirvieron a los que no son dioses. Pero ahora que ustedes conocieron a Dios, o más bien, que él los ha conocido, ¿cómo pueden volverse a cosas miserables y sin fuerza? ¿ Otra vez quieren someterse a ellos?. Ya que vuelven a observar días y meses y tiempos y años, me hacen pensar que me haya fatigado inútilmente"
Gálatas cap. 4: versículos del 1 al 11
Reflexionemos:
¿Es usted de las personas que prefieren seguir dejando toda la responsabilidad de sus asuntos espirituales en quienes lo cuidan y lo alimentan de la Palabra, porque no ha querido, o no ha tenido tiempo para crecer espiritualmente a través del estudio, reflexión y meditación en la enseñanza de Jesús y por lo mismo sigue permaneciendo en esa etapa de niñez?

 

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:51

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Etiqueta 7

A muchas personas les ha sido dado el discernir la enseñanza de Jesús a través de la meditación seria y profunda de su Palabra plasmada en el Nuevo Testamento y están reconociendo los tiempos nuevos del Espíritu Santo, por lo que se han estado levantando de sus asientos para recibir en sus corazones el Espíritu de la Verdad y alcanzar la plenitud de los tiempos, dejando de observar días y meses y tiempos anteriores para guardar y enseñar a cumplir fielmente la Palabra de Jesús como la indiscutible voluntad de Dios y dejar de ser esclavos de las cosas y tradiciones religiosas de este mundo para poder ser verdaderamente levantados a su condición espiritual, para no solo ser llamados hijos de Dios, sino ser reconocidos como sus obedientes hijos y reclamar la herencia prometida, que por su gracia y misericordia infinita será compartida con nosotros a través de Jesucristo Nuestro Señor.
Lo que nos dará derecho a reclamar esa herencia de grandes y maravillosos tesoros espirituales que en mal momento el hombre cambió por los tesoros materiales, es el hacer nuestra realmente la Palabra de Dios que se encuentra escrita por el Evangelista Juan en el cap. 8: versículos 31 y 32 que dice:
"Si ustedes guardan siempre mi Palabra, serán mis verdaderos discípulos, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.
Si guardamos fielmente la Palabra de Jesús, serán nuestras todas las promesas que Dios hace al hombre, entre ellas, la promesa siguiente que nos dará la bendición para esforzarnos y ser valientes para guardar y enseñar a cumplir su mandato.
"Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo”
Juan cap. 14: versículo 27
Así pues, si queremos ser elevados a la condición de ser reconocidos como hijos obedientes de Dios meditemos profundamente en la Palabra de Jesús, pidiendo al Espíritu Santo la conducción necesaria para discernir adecuadamente las Escrituras del Nuevo Testamento.

Reflexiones sobre la Santísima Trinidad de Dios.

Una de las particularidades que une a la gran mayoría de los cristianos es la de reconocer a Dios como un ser trinito, es decir: creemos en un único Dios como el motivo de nuestra fe, pero que al mismo tiempo sabemos que son tres personas realmente distintas las que lo conforman, Padre Hijo y Espíritu Santo.
Este conocimiento que nos afirma lo anterior, el hombre cristiano lo ha hecho suyo por la enseñanza que ha recibido de su fe cristiana pero sin querer interesarse por conocer un poco más de lo que le ha sido enseñado a través de la religión tradicional de sus padres. Van pasando los años y seguimos viviendo en ese concepto, sin ponernos a reflexionar en él, ya que sentimos que debemos respetar esa tradición religiosa familiar sin querer conocer más de ello a través del estudio, reflexión y meditación en la Palabra de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento.
Así las cosas, el hombre y la mujer pasan demasiado tiempo en esa situación de ignorancia, promovida muchas veces por algunos líderes o representantes religiosos al limitar el conocimiento de Dios únicamente a lo que ellos enseñan, y la verdad ese enseñar no promueve ir más allá de lo tradicional, es decir: de lo que también les ha sido enseñado al libre albedrío de los jerarcas religiosos, y por lo tanto, a su voluntad y conveniencia humana. Esto se ha dado porque el hombre, sin darse cabal cuenta de ello, a sido enseñado a llevar su fe o su religión de una manera cómoda que le permita llevar su vida sin muchos obstáculos, dejando fluir libremente su voluntad humana y no la voluntad de Dios.
Esta situación la vivimos la inmensa mayoría de los seres humanos muchísimo tiempo, y eso hace que sea demasiado difícil el darnos cuenta y aceptar, que vivimos en una situación de ignorancia y comodidad, respecto a las cosas de Dios por la forma en que hemos sido conducidos en nuestra fe, y esto nos ha llevado a desconocer más de la cuenta con respecto a la santísima trinidad de Dios, e inclusive muchos aceptan otros conceptos distintos que hacen tambalear su fe cristiana pero que podrían cancelarlos muy fácilmente si empezaran por abrir su Biblia y después abrieran su mente hacia lo espiritual para que su libre albedrío sea convertido en la llave espiritual que les hará ser conducidos por el Espíritu Santo al discernimiento espiritual y no al razonamiento humano, para conocer el tiempo, el orden y propósito de Dios al habernos hecho a su imagen y semejanza.
Para adentrarnos en el conocimiento acerca de la Trinidad de Dios, deberemos estar bien atentos para discernir con la dirección del Espíritu Santo, la Palabra de Dios en su nivel espiritual, es decir: deberemos de meditar y reflexionar seria y profundamente en la Palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento para que su esencia espiritual sea en nosotros y discernir, que no a razonar, esa enseñanza, permitiendo que nuestra mente se abra a lo espiritual utilizando la llave del libre albedrío para hacerlo, dejando a un lado el razonamiento tradicional humano que nos obliga a pensar en la forma en que estamos acostumbrados o nos han acostumbrado, y por lo consiguiente a no encontrar lo que se encuentra velado a los ojos del hombre porque éste está sumido en normas, formas y métodos de humana sabiduría.
Debemos de permitir que se ilumine nuestra mirada interior para ser participados a través del Espíritu Santo del discernimiento espiritual bíblico a través de leer, estudiar y meditar profundamente la Palabra de Jesús para guardar y enseñar a cumplir sus mandatos fielmente como la voluntad de Dios, cultivando adecuadamente la semilla de la fe que Dios puso en todo ser humano para producir el Fruto del Espíritu al hacer nuestra su Palabra cuando dice:
"Ustedes serán mis verdaderos discípulos si guardan siempre mi palabra, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."
 Juan cap. 8: vers. 31 y 32
Así, pues, si verdaderamente anhelamos recibir los dones y el Fruto del Espíritu, guardemos verdaderamente su Palabra siguiendo su enseñanza en su nivel espiritual y cambiemos nuestros pensamientos tradicionalmente materialistas, pues solo así iremos recibiendo gradualmente, a través del Espíritu de Verdad, el discernimiento necesario para entender las verdades espirituales bíblicas que seguirán estando veladas al conocimiento tradicional humano.
Así, pues, preparémonos a reflexionar en lo que el Espíritu Santo ha puesto en estas líneas, pidiéndole al Padre, en el Nombre de Jesús de Nazaret, poder discernir y entender quién es la Santísima Trinidad, y ver la imagen y semejanza que el hombre guarda con ella así como también la trinidad puesta en todas las cosas creadas por él.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:54

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Etiqueta 8

Preguntémonos: ¿En que condiciones de conocimiento espiritual nos encontramos con respecto a la Trinidad de Dios? Muchísima gente deberíamos de responder que indudablemente nos encontramos muy ignorantes, ya que en realidad no la entendemos ni comprendemos como debería de ser, puesto que lo que conocemos de ella es lo que hemos aprendido de acuerdo a tradiciones que nos han limitado en ese conocimiento, lo que ha traído como consecuencia, que muchos seamos perturbados por personas que al no tener una información más clara y natural de ello, nos quieran hacer caer en la tentación de sumarnos a quienes dudan o niegan la existencia de la Trinidad de Dios porque para ellos no es suficiente su aceptación por fe, ya que la sabiduría humana no puede concebir a una persona como si en él viviera una familia, es decir: el padre, la madre y el hijo, pues el humano razonamiento dice: En una familia el padre es el productor de la semilla de su especie y que siembra en el vientre fértil de su esposa, quien después de cumplir el ciclo de la gestación, da a luz al hijo, y estos hechos le dan a cada uno de los miembros de esa familia el ser único e individual, porque cada uno de ellos se formó en un tiempo y en un espacio particular, por lo tanto, ese razonamiento el hombre lo toma como cosa verdadera, y por lo consiguiente cree que también lo es en lo espiritual, porque piensa o cree que todas las cosas de este mundo material son reproducidas en el mundo espiritual, y he allí el error, porque la realidad, es que toda verdad es paralela del mundo espiritual al mundo material, puesto que todo tiene su origen en el mundo espiritual, ya que todo fue formado por Dios Espíritu cuando así lo dispuso.
Conociendo y tratando de entender lo anterior, podremos entrar al fundamento original bíblico, y comprender, conforme a ello, que todas las maravillas naturales, físicas y materiales de este mundo tienen su origen en el mundo espiritual de Dios, por lo que deberíamos tener mucho cuidado para no adaptar ese conocimiento a nuestra voluntad y conveniencia humana, sino por el contrario, aprovechar y utilizar los conocimientos de sabiduría humana para poder alcanzar el conocimiento espiritual que nos conduzca al amor, la paz, la tranquilidad, la felicidad, la salud mental y la prosperidad que todos en mayor o menor medida deseamos.
Así pues, si nos ponemos a estudiar y meditar en el Nuevo Testamento, veremos como la Trinidad de Dios es manifestada cuando la Palabra en el Evangelio de Mateo dice en el cap. 28: versículos 18 y 19.
"Todo poder se me ha dado en el Cielo y en la tierra, por eso vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado."
En 1Corintios. 12: 4-6 dice:
"Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos."
En la segunda carta a los corintios cap. 2: versículos 13 y 14, dice:
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes."
Y en la primera carta a los tesalonicenses cap. 5: versículo 23, dice:
"Guárdense enteramente sin mancha en todo su espíritu, su alma y su cuerpo."
¿Todo lo que la Palabra anterior nos está comunicando, nos está diciendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es la Trinidad manifiesta de Dios? ¿Que en todas las cosas también se manifiesta una trinidad? ¿Que el espíritu, alma y cuerpo humano forman un solo ser? ¿Que en todos los casos esas tres personalidades realmente distintas son iguales en eternidad, poder y sustancia?
Si nos adentramos en el conocimiento de sabiduría humana para conocer lo anterior, veremos que en el ser humano, en los diccionarios de la lengua española, dicen que: el cuerpo, el alma y el espíritu son las personalidades que lo conforman, y si los cristianos y no cristianos lo hemos aceptado, este conocimiento nos debería conducir a reconocer que el hombre desciende por origen de la Trinidad manifestada en Dios.
¿Cómo podríamos reconocer esto tomando como base el conocimiento de sabiduría humana? Para que esto sea posible, pidamos la conducción al Espíritu Santo para que él tome el control de todo lo que se ha puesto como ejemplo y seamos guiados a comprender aún mejor la relación de lo espiritual en el mundo material. Veamos, tomemos como punto de partida el H2O como base, a esta base la conocemos como agua, la cual podrá ser líquida, sólida, o vapor, son tres estados diferentes, más sin embargo los tres están compuestos de la misma base H2O, es decir, diferentes en su estado pero iguales en su origen.
Lo verdaderamente maravilloso, es que también aparte de esa diferencia en su estado, la función en cada uno de ellos es también diferente, pues el agua líquida sirve mas que nada para satisfacer una necesidad primordial en los seres vivos, el agua sólida sirve para conservar en buen estado muchos elementos para la vida humana, y el vapor, sirve para proporcionar poderosa energía, incluyendo la producción de la energía atómica, para diversas necesidades del hombre.
Veamos otro ejemplo: En el ámbito del conocimiento popular en lo humano y espiritual, sabemos que nuestro ser está formado por tres personalidades distintas; a saber: el yo cuerpo, el yo alma y el yo espíritu, y que esas tres personalidades forman nuestro ser humano, y lo que le da la esencia, la sustancia y el tiempo en lo humano y en lo espiritual, es la unificación correcta de esas tres personalidades. Así que deberíamos de ir más allá de nuestras apreciaciones tradicionales para saber y entender, que cada una de estas personalidades tiene una función específica y exacta para que nuestro ser humano pueda desarrollarse en la forma adecuada y pueda ser cumplido el orden y el propósito de Dios en nosotros.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:16

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Etiqueta 9

Ahora ya tenemos un fundamento natural acerca de la Santísima Trinidad de Dios que nos proporciona la certeza y la convicción de la verdad espiritual que en ella se encierra para no dudar ni descalificarla, ya que quienes se atreven a hacerlo, se basan en estudios de profesionales de las letras o conocedor de hechos históricos; en hombres y mujeres con un vasto conocimiento en lo histórico, religioso o en lo físico, pero con poco menos que nada del discernimiento espiritual que mana de la fe de Dios en Nuestro Señor Jesucristo.
Ahora ya tenemos cierta información de dónde tiene su origen cualquier cosa, hecho o situación natural, y que ese lugar, ese origen se encuentra en el mundo espiritual, y que por el discernimiento recibido del Espíritu Santo a través de estas líneas tenemos la visión espiritual de la Santísima Trinidad de Dios, y si aceptamos la trinidad en los ejemplos anteriores, incluyendo la del hombre, tenemos, por lógica espiritual, conocida como Rhema e inclusive por lógica humana, que aceptar la Santísima Trinidad de Dios a través de la revelación espiritual recibida.
Para reafirmar el gran misterio de la Santísima Trinidad de Dios, tomemos como ejemplo el paralelo que las empresas, e inclusive, las funciones políticas del hombre guardan con ella.
El poder de Toda empresa deberá ser tripartita, y esa condición es la que les da el sentido correcto a las mismas, es decir, Dirección, Ejecución y Control; Las empresas que no cuenten con el poder de esas tres personalidades o divisiones, o no cumplan cabalmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El poder del Gobierno natural de las naciones deberá de ser tripartita, ya que esa condición es la que les da sentido a las mismas, es decir, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, y Poder Judicial, ( o sus equivalentes). Las naciones que no cuenten con esos poderes o personalidades, o no cumplan fielmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El poder de Dios es tripartita, y ese Poder es el que le debe de dar el sentido a la fe cristiana, Poder del Padre, Poder del Hijo, y Poder del Espíritu Santo. Las denominaciones y congregaciones cristianas que no den la importancia debida al Poder de esas tres Personalidades o no cumplan cabalmente con sus estatutos revelados a través del Nuevo Testamento, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El ser humano creyente de Jesús que no deje regir su vida por el Poder de la Santísima Trinidad y no cumpla fielmente con los estatutos plasmados en su Palabra en el Nuevo Testamento, jamás será prosperado en la forma correcta. Dios dijo: “Hagamos al hombre a Nuestra Imagen y Semejanza”
(Génesis 1:26.)
Por lo tanto podría decirse que el hombre es reflejo de Dios, es decir: Dios en el Padre, hombre en el cuerpo; Dios en el Hijo, hombre en el alma; Dios en el Espíritu Santo, hombre en el espíritu.
 

El ser humano como reflejo de Dios

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"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:23

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Etiqueta 1

 
El tema de este estudio, está basado en el discernimiento de la Palabra de Jesús registrada en el Nuevo Testamento, y, además, una invitación a leerla, estudiarla, analizarla, y mucho más importante aún, discernirla, para poder actuar en forma adecuada como personas cristianas que somos, sin menosprecio de cualquier denominación o creencia religiosa.
Es necesario advertir, que estas consideraciones vertidas en este tema no pretenden ser la verdad absoluta, sino una humilde forma para ser analizada, meditada y discutida, y acercarnos un poco más en interesarnos para entender y comprender lo que Jesús nos vino a transmitir por decisión del Padre para recuperar el verdadero acceso al Reino de Dios aquí en la tierra.
José Luis Hernández Cuéllar
El hombre no ha querido comprender que todo eso que actualmente le afecta y lo lastima, es la consecuencia de haberse conducido en su vida como lo ha querido, por lo que, hasta que algo imprevisto sucede, cae en la cuenta, de que lo que ha conseguido hasta la fecha no es ni por mucho lo que cree merecer de acuerdo a los esfuerzos realizados, sin ponerse a reflexionar, que todo lo realizado hasta hoy lo ha hecho con sus propias fuerzas y conocimientos e imponiendo su forma de pensar de acuerdo a sus experiencias personales o a las expectativas que se ha formado en la familia, en el trabajo, profesión, o en su religión, en la que a pesar de creer que todo lo ha hecho en el Nombre de Dios, la realidad es que a través del tiempo las cosas no han resultado como lo había esperado y cree que todo se debe a que esa es la voluntad de Dios.
La realidad, es que no nos hemos permitido conocer de Dios más allá de lo que nos han marcado las tradiciones religiosas u otros escritos, es decir, más allá de lo que nos han enseñado o hemos querido ser enseñados a través de las personas a las que les hemos dejado esa responsabilidad, lo que a propiciado que no reconozcamos que existen otras fuerzas de las cuales nos podríamos sujetar para seguir los tiempos y el orden que Dios manifiesta a través de su Hijo Jesucristo para que todas las cosas negativas que nos han estado sucediendo vayan desapareciendo y su lugar vaya siendo ocupado por el amor, la fe, la prosperidad, la salud y la fortaleza que Dios ofrece si reconocemos ,aceptamos y obedecemos esa suprema voluntad para que sea cumplido lo que todo padre amoroso quiere para sus hijos: ¡Que seamos verdaderamente felices!
Para alcanzar esa felicidad que Dios quiere para el hombre, sólo tiene éste que obedecer su mandato de guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo, y para que esto llegue a ser posible, deberá estudiarla, reflexionarla y meditarla profundamente para recibir su discernimiento en su esencia espiritual. ¿Por qué? porque la enseñanza que Jesús quiere compartir al ser humano va mas allá de lo que muchos conocemos, para dejar a un lado enseñanzas y mandatos de hombre.
Veamos...
Existen en la actualidad, diversas formas y enseñanzas para tratar de llegar al conocimiento de qué, o quién es Dios, por lo que a través de los tiempos, la historia nos revela que el hombre siempre ha estado inquieto en referencia a este asunto, prácticamente desde su creación y hasta la fecha, tiempos en los que han surgido, crecido y desaparecido doctrinas que han tratado de aclarar este profundo misterio. Pero también a la fecha han permanecido doctrinas o dogmas que se han convertido, para quien las ha adoptado, en la forma verdadera de alcanzar ese conocimiento.
También existen varias asociaciones que han tratado de llegar a él siguiendo métodos trazados a través del conocimiento de humana sabiduría, tomando invariablemente, de enseñanzas de doctrinas existentes y doctrinas que existieron, lo que les ha parecido lo más cercano a la verdad, interpretada ésta según el libre albedrío humano. Sólo que de todas esas doctrinas para conocer a Dios, resalta una que fue capaz de dividir en dos partes los tiempos históricos del mundo, y ésta es: la doctrina de Jesús llamado el Cristo.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:28

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Etiqueta 11

Condiciones en las que el ser humano se puede encontrar en este mundo.
Condición tradicional.
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En este caso, su libre albedrío lo coloca en su voluntad humana condicionada por sus conocimientos, sentimientos y emociones, para acomodar la Mente Positiva de Dios, y la Mente negativa de Satanás, en la conciencia del bien que se debería hacer y del mal que se debería evitar, conciencia normalmente aplicada según convenga a sus muy particulares intereses.
 
Condición espiritual positiva.
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En este caso, el libre albedrío del hombre en su condición espiritual, permite que su voluntad abra la puerta de la Mente de Dios y se rinda a su voluntad aceptando a Jesucristo como su único Señor y Salvador Personal, para reconocer, a través de su espíritu, su imagen y semejanza en Dios cultivando la semilla de la fe sembrada en el jardín del alma para producir el Fruto del Espíritu que le hará disfrutar del Reino de Dios en abundancia en este mundo y estando atento para no quitarle la honra, la gloria y alabanza a Dios en su santísima Trinidad.
 
Condición espiritual negativa.
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En este caso, su libre albedrío permite a su voluntad humana abrir la puerta del Tentador para someterse a su voluntad negativa y recibir un sin fin de tentaciones que serán sembradas en su jardín del alma para ser aplicadas en este mundo tradicional y materialista, dejando un pequeño visor en la puerta de la Mente de Dios, para pensar o sentir, que si él lo permite, también lo aprueba.

 

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"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:39

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Etiqueta 12

Cuando empezamos a notar que algo no está funcionando bien en nuestra vida en el aspecto material, físico, sentimental o emocional de acuerdo a las expectativas que nos forjamos en nuestra familia, en el trabajo o profesión, en lo social, o en nuestra fe en función de nuestros logros materiales, es cuando comenzamos a cuestionarnos: ¿con qué propósito hemos puesto nuestro mejor empeño en el afán de conseguir con esfuerzo, trabajo, sacrificio, o con otros medios, todo lo que necesitamos para satisfacer las necesidades en nuestra vida personal y familiar, y de ser posible, obtener aún mayores logros para no tener preocupaciones de ninguna especie.?
¿Con qué propósito?, si cuando miramos con cuidado nos damos cuenta de que todo ese afán nuestro por tener cada vez mayores logros materiales, alcanzados o no, lo que hemos conseguido no es ni remotamente lo que habíamos esperado de ese esfuerzo, y si queremos empezar a reflexionar como creyentes en Jesús sobre lo que ha pasado con y en nuestra vida, empecemos por ubicarnos dentro de cualquier condición anterior, y si nos encontramos en la primera o tercera condición, esforcémonos en buscar al Yo-Soy, al Yo verdadero que realmente habita en nosotros, para que reconozcamos, que todo lo que necesitamos para vivir plácidamente en este mundo material en el que coexistimos todos con todo lo creado, en el cristiano, depende única y exclusivamente de la alimentación que reciba nuestro espíritu de acuerdo a las enseñanzas que Jesús nos regala a través del estudio y la meditación y la reflexión en su Palabra.
Dios puso a nuestra disposición las herramientas necesarias, para que por medio de ellas podamos encontrar y obtener poco a poco y mediante el uso adecuado de las mismas, el conocimiento espiritual positivo para encontrar respuestas a nuestras inquietudes personales, ya que por estar sumidos en nuestra conciencia tradicional, no nos hemos permitido conocer de nuestra consciencia espiritual en la forma correcta para saber que es ahí, el lugar exacto donde se nos permitirá encontrar y adquirir el conocimiento y la sabiduría que viene y proviene de Dios para ser aplicados en nuestras vidas.
Es nuestra responsabilidad poner en acción y en la forma correcta todas esas herramientas y facultades con las que Dios Altísimo nos proveyó para llevar a efecto su plan divino, el cual nos será revelado en toda su magnitud, cuando, a través de nuestro libre albedrío llevado a su nivel espiritual, se rinda nuestra voluntad a la voluntad de Dios, misma de la que solamente empezaremos a conocer, cuando, a través de nuestro espíritu, entremos a la frecuencia divina que nos conectará directamente con el Yo Soy Único y Verdadero para absorber todo lo que Él tiene para nosotros.
Así, pues, no es de ninguna manera casual que el hombre cuente con los sentidos propios de su condición humana natural y con todos los demás componentes de su ser, creados de una manera perfecta y con funciones que se antojan iguales a todos los seres de la creación, sólo que con la enorme diferencia de que al hombre lo dotó de facultades muy especiales, que hacen de él, el rey de la creación por decisión divina.
Estas facultades especiales, son dones naturales y dones espirituales que debemos poner a funcionar en el orden y propósito de Dios para ejemplo y bienestar de todos y podamos despertar en nuestros semejantes el interés por conocer más de nosotros mismos a través de la Palabra de Jesús para encontrar el camino original que Adán y Eva extraviaron al ser seducidos por la mentira del Tentador, por lo que, para recuperar el camino al Reino de Dios, deberemos de aceptar sin restricciones y sin desvíos la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo para recibir manifestaciones reales del Poder de Dios y empecemos a ser receptores y transmisores de ese poder en el Nombre de Jesús, es decir: a recibir y a dar todo lo positivo de Dios para el bien común, con lo cual recibiremos la provisión a todas nuestras necesidades materiales, y más aún, recibiremos todos, en forma abundante, de los dones espirituales del Reino de Dios. Si así lo queremos, deberemos seguir ese camino que nos llevará a realizarnos espiritualmente, y por añadidura, a realizarnos adecuadamente en este mundo material en el que vivimos.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:41

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Etiqueta 13

Debemos de decir que las facultades especiales con que Dios nos proveyó, deben de ser encontradas en el ámbito de nuestra alma, las cuales son trasmitidas al cerebro o jardín del alma a través de la mente, ya que en nuestra alma es en donde se localiza la puerta de entrada a la Voluntad de Dios, la puerta de entrada a la Voluntad del Tentador, y la puerta normalmente abierta de la voluntad de hombre, cautivada ésta por la mente de su potencia intelectual, mente lógicamente seducida por el conocimiento tradicional en lo material, físico, tecnológico, científico y religioso, envueltos todos ellos en las emociones y sentimientos comunes de hombre, y cautivado todo ello por su libre albedrío, aún cuando esto se niegue. Sin embargo, todo eso en su conjunto, son los elementos primordiales que Dios utiliza en nuestro ser para abrir la puerta a los dones espirituales, que a través del mundo espiritual, Dios mismo nos participa, y eso es lo que ha hecho posible todos los adelantos científicos y tecnológicos de los que actualmente disfrutamos.
Si Dios no nos hubiera hecho partícipes de esos dones, seríamos como todos los demás seres de la Creación, y por lo mismo, no habría sido posible ningún avance en ninguna dirección en el desarrollo físico, artístico, científico, tecnológico y espiritual del género humano, por lo cual, el Dios Nuestro, nos hizo semejantes a El y nos dio el poder de razonar, de analizar, de discernir, de decidir, de actuar, e infinidad de poderes más; es decir, nos llenó de poderes humanos naturales, y por supuesto, de poderes espirituales, los cuales iremos redescubriendo poco a poco conforme a la Palabra de Dios dada a Cristo Jesús, poderes que sólo el hombre recibió de El, del Dios Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente y Eterno, Principio y Fin de todas las cosas visibles e invisibles, y ningún otro ser de la creación fue dotado de dones así de abundantes y generosos.
Debemos reconocer todos nosotros sin excepción, que la mayoría de los dones o valores que conocemos hasta la fecha, han servido más que nada para el desarrollo científico, tecnológico y material de la humanidad, y que estos valores tradicionales nos han alejado terriblemente de los auténticos valores espirituales, por lo que este desarrollo lejos de beneficiar a todo el mundo, a servido únicamente para beneficio de unas cuantas personas que lo han aprovechado egoístamente, trayendo como consecuencia de esta actitud, el tremendo deterioro ecológico del planeta y la aflicción y pobreza de millones de personas, por lo qué, pues, queda de manifiesto, que los poderes que todos conocemos los hemos usado mal, y ese mal uso que hemos hecho de ellos lo hemos alentado y fomentado, cada vez con mayor énfasis, tanto por los aprovechados como por los afectados, éstos últimos, con la finalidad casi inconsciente de cambiar su posición de afectado a la posición de aprovechado para así aliviar su situación cualesquiera que esta sea, por lo que, por esta poderosa razón, hemos descuidado y desdeñado el conocer de nuestro espíritu adormeciendo nuestra mente para no ver, y no reconocer, y no aplicar correctamente los dones espirituales que Dios nos ofrece a través de su hijo Jesucristo que son la parte fundamental en nuestro ser para aliviar nuestras dolencias físicas y mentales, y además, para detener y corregir el enorme deterioro ecológico del planeta; Así que, para que todas nuestras necesidades espirituales, afectivas y materiales sean totalmente cubiertas deberemos buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura.
Todos los descubrimientos tanto científicos como tecnológicos que el hombre ha experimentado a través del tiempo, así como las soluciones satisfactorias a problemas en las que se ha visto envuelto en muchas ocasiones, han sido concedidos y resueltos a través del mundo espiritual de Dios sin que el hombre se de realmente cuenta de ello, por lo que las ha atribuido por lo regular, a sus vastos conocimientos y capacidades para encontrar solución a cualquier problema o circunstancia, o si no, a su gran y buena estrella, o en el mejor de los casos, dándole gracias a Dios por mero formulismo tradicional.
Tengamos siempre en cuenta que todo obedece a un plan divino, a un plan perfectamente trazado por Dios, y que todo lo que el hombre logra para su beneficio o no, es con la finalidad de que abra la puerta en su alma, a través de su libre albedrío en su nivel espiritual, a la Mente de Dios, para que sea capaz de entender, que así como tiene la enorme capacidad de descubrir las cosas físicas y materiales de este mundo, así mismo, tiene la infinita capacidad de descubrir los inmensos poderes y dones del mundo espiritual que Dios tiene para él, y que a través de los cuales, se le permitirá reconocer el camino que lo regrese y lo restaure en el Reino de Dios; puesto que esos dones como la fe, el discernimiento de la Palabra de Dios, y el amor hacia sus semejantes en obediencia a Cristo Jesús, lo introducirán de lleno en el conocimiento de la esencia, sustancia y eternidad divina, que le darán en lo espiritual, toda la Sabiduría y poderes que emanan de Dios mismo, por lo que al recibir esos conocimientos, se colocará en las condiciones perfectas para que se introduzca y disfrute verdaderamente y a plenitud del Reino de Dios en este mundo, mismo que se encuentra en medio de todo aquel que en Jesucristo crea y guarde y enseñe a cumplir con fidelidad su Palabra.

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:43

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Etiqueta 14

Al irnos redescubriéndonos como lo que realmente somos, parte integral de Dios mismo, espíritu de su mismo Espíritu, mente de su misma Mente, y extensión de él a su imagen y semejanza, nos debería llevar a reflexionar en la verdad de su Palabra para ir sintiendo la necesidad de disponernos a conocer más de él para que seamos convencidos de obrar y conducirnos de acuerdo a su Palabra contenida en el Nuevo Testamento, en el que se manifiesta, que para que la total Voluntad de Dios sea en nosotros, deberemos obedecer su mandato de respetar los tiempos para escuchar y guardar fidelidad a su Hijo Jesucristo en sus enseñanzas plasmadas en los Evangelios, y de ésta manera, nos hagamos merecedores de recibir las promesas, los dones, y el fruto del Espíritu Santo que Dios nos hará llegar a través de Nuestro Señor Jesucristo para entender las maravillas de Dios en las cosas de la vida en este mundo, y las profundas maravillas del mundo espiritual de Dios.
Si eso es lo que queremos, recordemos que deberemos buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura, y será entonces, que podremos colocarnos en el camino que nos restaure en el Reino de Dios en este mundo para integrarnos por completo con El Padre, con El Hijo y con El Espíritu Santo de Dios para alcanzar la vida eterna en el mundo venidero.
Hemos vivido la inmensa mayoría de la humanidad preocupándonos por las cosas de la carne, es decir, tratando por cualquier medio de llevar una vida con, o llena de comodidades basada en la tenencia o acumulación de riquezas materiales que nos permitan gozar de una supuesta tranquilidad personal, y cuando hemos logrado aunque sea medianamente ese deseo basado en las cosas materiales y placeres del mundo y logramos ciertas riquezas en dinero y posesiones, vemos con mucha tristeza, que ese afán por obtener esas cosas que nos satisfagan a través de lo material, sólo nos ha acarreado un sinnúmero de problemas familiares y sociales que nos han sumido en situaciones muchas veces de desesperación, frustración e intranquilidad, y todo esto, porque en nuestro afán por poseer esos satisfactores para nuestra vida personal, con muchísima frecuencia superfluos, nos ha colocado en la mayoría de las veces en posiciones de aceptación de situaciones incorrectas en nuestro trabajo, en nuestras relaciones sociales y religiosas e inclusive hasta en nuestra propia familia, ya que creemos firmemente que así conviene a nuestros objetivos de superación personal, lo que trae como consecuencia, que muchas veces descuidemos lo que normalmente es el motivo de nuestras aspiraciones; La familia, lo que por lógica, nos lleva a caer en situaciones bastante incómodas con ella, porque la atención que le damos a nuestro afán personal de superarnos a cualquier costo, es mucho mayor que la atención que demanda y requiere nuestro entorno familiar, y caemos, aún dentro de nuestra propia familia, a aceptar lo que no debemos aceptar; lo que sin duda va afectando cada vez más nuestras relaciones familiares, que en la mayoría de nosotros, es la razón primordial de nuestras aspiraciones.
Si estamos alcanzando nuestros objetivos personales a costa de sacrificar momentos claves en la familia, el riesgo de caer en múltiples tentaciones aumenta, ya que si no tenemos un mediano conocimiento de la voluntad de Dios, estaremos más que expuestos a caer en muchas de ellas, lo que haría que desaprovecháramos lo alcanzado y se deteriorará aun más la aparente tranquilidad y felicidad pasajera de que creemos estar gozando.
Por otra parte, si no alcanzamos lo que nos propusimos aún cuando pusimos nuestro mejor empeño en conseguirlo con trabajo, desvelos y sacrificios, o con otros medios, nos daremos cuenta de que en ésta y en cualesquiera de las situaciones anteriormente descritas, lejos de obtener la tranquilidad deseada por medio de obtener la mayor cantidad de logros materiales, lo que realmente hemos obtenido es una serie de problemas de cualquier tipo que amenazan acabar con la escasa tranquilidad que nos queda. Todo esto es la consecuencia de habernos dejado convencer para construir sobre bases a las que por tradicional descuido e ignorancia estamos acostumbrados, lo que nos impide ver un poco más allá de lo que nos dejan ver esas tradiciones humanas, inclusive en lo religioso, para darnos cuenta, de que las consecuencias adversas que ahora padecemos, se deben primordialmente a que construimos nuestros castillos en el aire o en la arena, es decir, construimos sobre bases nada sólidas.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:45

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Etiqueta 15

Recordemos que todo forma parte del plan divino que Dios tiene para cada uno de nosotros, y que, por la decisión personal nuestra para buscar, encontrar y seguir el conocimiento espiritual que nos dará el crecimiento verdadero, será por lo que Dios nos hará partícipes del don del discernimiento espiritual para empezar a disfrutar, en su orden y en su propósito, lo mucho o lo poco que hemos conseguido.
Así, pues, ese discernimiento le será dado a todo aquel, que a través de introducirse poco a poco en la reflexión y meditación de la Palabra de Jesús, se muestre obediente a la voluntad de Dios guardándola y enseñándola a cumplir con fidelidad para hacer suya la Alianza Nueva y Eterna de Dios con los hombres.
Siempre estaremos en los últimos tiempos en los que seremos juzgados justos y pecadores, y que solamente los creyentes de Jesús que guarden obediencia al mandato de Dios, serán participados de su Reino al obtener plenamente el Fruto del Espíritu, lo cual se hará realidad, cuando la semilla de la fe espiritual que Dios altísimo nos regaló, la sembremos y cultivemos en nuestro jardín del alma, con esmero y dedicación, para que alcance la madurez necesaria.
Al cosechar ese fruto, estaremos siendo sumergidos en el Río de Agua Viva que en Jesús es, y seremos convertidos en afluentes y fuentes de esa bendita agua para darla de beber al sediento, compartiendo la fe y el Amor de Dios por nosotros a través de Jesús, aceptando en nosotros la promesa de Dios hecha al hombre cuando en su Palabra dice:
"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda sino que tenga vida eterna"  Juan 3: 16
Cristo obedeció al Padre por amor al hombre, un amor sublime, un amor ágape, verdadero y desinteresado, un amor que solo puede venir de Dios a través de Jesús, para que por medio de ese amor de Jesús por el hombre, entendamos el amor de Cristo por el Padre, ese amor que recibimos nosotros al dar Cristo su vida en rescate para libertarnos de las cadenas y la oscuridad en que nos tiene sumergidos el Tentador en éste mundo. Al entender esto a profundidad, seremos llenos de la fe de Dios, la fe que viene por el oír, y el oír la Palabra de Dios, y cuando esa fe inunde nuestros corazones y nuestras vidas, empezaremos poco a poco a darle a Dios el primer lugar en todo. Por eso, es muy importante guardar y enseñar a cumplir lo que Jesús nos manda a través del Nuevo Testamento para que entremos de lleno en nuestro desarrollo espiritual y nos sea permitido disfrutar a plenitud del Reino de Dios aquí en la tierra, y que se encuentra, según su Palabra, en medio de nosotros, y que por la misma razón de esa fe y ese amor en Cristo Jesús, seamos conducidos a su debido tiempo a la única y verdadera morada con Dios que Jesucristo ya tiene preparada para todos aquellos que dejemos de buscar nuestra identidad en los hombres, y busquemos, encontremos y conservemos nuestra verdadera identidad en Jesús nuestro Señor.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:47

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Etiqueta 16

La Honra y la Gloria y la Alabanza de todo lo aquí escrito le pertenece a Dios en su Santísima Trinidad, ya que por su Gracia y por su Amor, es que se hace esta invitación para interesarnos en encontrar la forma correcta de llegar al camino de la felicidad que perdura y que el hombre con mente abierta busca en forma constante, es decir, una búsqueda con orden y con el propósito para conocer el porqué fuimos creados como seres trinitos semejantes a Dios.
Para que nuestro enfoque y dirección de esa búsqueda sea en la forma adecuada, deberemos tratar de integrar las partes que conforman nuestro ser humano, cuerpo, alma y espíritu en la posición correcta, y para que así sea, tenemos que saber y reconocer, que al ser formados por Dios a su imagen y semejanza, fue porque él así lo decidió para que en su momento, según su plan en su orden y propósito, el hombre busque, encuentre y permanezca en su verdadera identidad, en él.
Al identificarnos plenamente con Dios a través de estas consideraciones, estaremos en la mejor posición para querer integrar correctamente nuestro ser humano, es decir, unir y fundir, propiamente dicho, nuestro cuerpo con nuestra alma, unir y fundir nuestra alma con nuestro espíritu, y unir y fundir nuestro espíritu con el Espíritu del Hijo Único de Dios, Jesús, quién se encuentra unido desde siempre y para siempre, con el Espíritu Santo de Dios, de tal manera, que logremos, que a través del discernimiento espiritual de la Palabra, puedan vibrar todos ellos en forma armoniosa y rítmica y así se convierta nuestro ser en afluente de la fuente original de vida verdadera, esa fuente de la que brota incontenible el Amor, la Tranquilidad, la Prosperidad y la Salud que todo ser humano desea, esa maravillosa fuente en la que encontraremos todas las respuestas a todas nuestras preguntas, todas las soluciones a todos nuestros problemas, toda la provisión a todas nuestras necesidades; Todo quiere decir, Todo, completo, no hay medias tintas, ya que la invitación que aquí se hace, no es de ninguna manera para buscar nuestro origen, la razón de nuestra existencia, o a dónde nos dirigimos con conocimientos tradicionales de humana sabiduría con los que hemos dejado que se manipule nuestra mente, dicho esto, sin el afán de molestar a nadie, por lo que, si nos dejamos conducir por todo lo anterior, lejos de acercarnos al camino de la verdad a la que queremos llegar, nos irá llevando por senderos más largos para llegar a él, ya que sin lugar a dudas seremos ubicados nuevamente en el lugar en el que actualmente nos encontramos, es decir, en el plano material en el que vivimos, y al cual, por tradición, le damos la más grande importancia en nuestro desarrollo, y esto nos distrae enormemente de querer conocer acerca del plano espiritual en el que, por origen, deberíamos desenvolvernos. Nos distrae, porque toda la información que recibimos en nuestra mente proviene de ese plano tradicional y materialista en el que el conocimiento espiritual ha sido manipulado de muchas maneras para seducir al hombre, y así, al recibir en nuestro cerebro toda esa información ya procesada en la mente, es enviada a nuestro cuerpo para tratar de cambiar esas situaciones negativas en el trabajo, en la familia, en la sociedad, en fin, en todos esos círculos en los que nos desenvolvemos y en los que de alguna manera no encajamos como quisiéramos.
Esto se da por el simple hecho de que desconocemos profundamente lo referente a nuestra disposición mental en el alma, lo que nos trae como consecuencia, que muchas veces ese desconocimiento nos lleve a pretender imponer a nuestros semejantes la autoridad espiritual o religiosa que creemos tener basados en nuestros "profundos conocimientos, nuestros irrefutables razonamientos y nuestros conceptos e ideas avanzadas," y al ver que lo único que logramos con nuestra actitud de suficiencia es provocar el rechazo, el desprecio, o la indiferencia de los demás, nos sentimos tal vez defraudados por todos ellos por esa terrible ignorancia que nos demuestran y que nos hace pensar en muchas ocasiones, que no merecen que nos molestemos en abrirles los ojos con nuestros avanzados conocimientos, ya que su necedad compite en gran medida con la nuestra, aunque algo, o alguien en nuestro interior, nos dice que tal vez nosotros somos los que de alguna manera no estamos tan bien como creemos estar, y cuando surgen estas consideraciones, es cuando empezamos a sentirnos defraudados con nosotros mismos, sentimiento muchas veces hace que nos sumerjamos en la desesperanza y en la confusión de pensamientos, que más que nada, nos alertan para que analicemos, que tal vez no todo lo que pensamos o decimos está tan bien como creemos; más sin embargo, al reflexionar en lo anterior, volvemos a involucrarnos en esas formas, métodos y sistemas tradicionales, porque nos hacen sentir o imaginar que podremos ser mejores casi como por arte de magia.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:50

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Etiqueta 17

El impacto que se pudiera dar en nuestra mente a través de esa motivación a creer lo que no es, es de suma importancia, ya que del resultado de ese impacto mental, depende el "éxito o fracaso" entre paréntesis, de esa motivación, pero, ¿ qué tiempo durará?, pues con "suerte", entre paréntesis también, dure lo suficiente según la capacidad mental de cada individuo para retenerla y opere en él cambios que en verdad le hagan pensar que funcionó, solo que, después de transcurrido cierto tiempo, se da cuenta de que nuevamente vuelve a caer en las mismas situaciones de antes, y es entonces que se siente burlado y defraudado por lo que creyó que era y no fue. Sin embargo, es posible que vuelva nuevamente a recurrir a la misma solución y que al obtener los mismos resultados anteriores, se vuelva hasta en contra de lo que ha creído; y todo esto por no querer abrir su mente al discernimiento espiritual de la Palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento.
Estas reflexiones, tal vez le despierten a usted, la consciencia de la imagen y semejanza que tiene con Dios para encontrar el camino de la felicidad, la paz y tranquilidad que ha buscado sin conseguirlo plenamente, esto, provocado por haberse introducido en senderos que le han hecho creer ser y estar mejor, sin que realmente así sea.
Aquí en este espacio, es posible que encuentre usted la manera de integrar completamente y sin reservas a su ser trinito semejante a Dios en la forma correcta según el Nuevo Testamento de Las Sagradas Escrituras, es decir: integrar y fundir su cuerpo en identidad con el cuerpo de Cristo; Integrar y fundir su espíritu con el Espíritu de Jesús, mismo, que se encuentra integrado y fundido con el Espíritu Santo de Dios, integrar y fundir su mente a través de su alma a la Mente y a la Voluntad de Dios, y así de esta manera, todos los componentes de su ser trinito se unan, se integren y se fundan en forma armoniosa y rítmica para que por medio y a través de esta unión, se logre lo que anhelamos todos como seres humanos hechos a imagen y semejanza de Dios: vivir sin carencias de nada y en abundancia de todo lo positivo, espiritual y material, viviendo nuestra existencia basada en el orden y propósito de Dios para el hombre, y que por razón de lo mismo, vivir una existencia feliz y en paz con Dios y con todos nuestros semejantes.
La naturaleza humana a través de su inquietud por conocer más de todo, a impulsado al hombre durante la mayor parte de su existencia, a buscar la respuesta al verdadero motivo, sentido y significado de su existencia para conocer cuál es el orden y propósito de ella, y se esfuerza por encontrarlos por medio de diferentes mensajes que le van llegando a cada momento sobre ese tema, pero en cierto momento, se empieza a encontrar a cada paso que da, en grandes dilemas, porque la forma en que el hombre puede ver este apasionante asunto es tan variado y extenso, que en lugar de tener una visión clara de ello, lo va colocando a cada momento en situaciones normales de confusión, porque invariablemente esa cantidad enorme en conceptos acerca de lo que busca, lo hace involucrarse con varios de ellos y de diferentes corrientes religiosas y metafísicas que le han parecido afines a su muy particular forma de pensar, lo que lo va animando a componer con todos ellos, una fórmula casi perfecta para encontrar lo que busca, lo que lo va convirtiendo en una persona ecléctica, situación que se da porque va tomando de varias corrientes referentes al tema lo que a su propia consideración es lo más cercano a su inquietud, y guiado por estas consideraciones va siendo conducido a creer que está en lo cierto, creencia que defiende en su momento con pasión y denuedo, sólo, que al ir avanzando en sus creencias de acuerdo a sus estudios y/o de acuerdo a la información nueva que va recibiendo para ir conociendo otras formas y métodos, se va viendo obligado a hacer a un lado parte de lo aprendido, ya que los nuevos conocimientos que va recibiendo van arrojando nueva luz en su mente, lo que lo va motivando para modificar poco a poco su manera de pensar, ya que esos nuevos conocimientos que le van llegando le parecen más adecuados que los anteriores, así que va guardando en su mente, de todo lo aprendido anteriormente, únicamente lo que le ha parecido lo más cercano a su inquietud, porque invariablemente, todos los conocimientos que va adquiriendo sobre el tema, le van sirviendo únicamente para ir encontrando algunos valores que lo vayan acercando a su legítimo deseo de entender cuál es realmente el motivo fundamental de su existencia.
La verdad es que en la gran mayoría de esos estudios escritos o hablados sobre el tema, nos hablan del cuerpo, del alma, y del espíritu, sólo qué, normalmente, estas pláticas o estudios de tratados de ciencias herméticas, esotéricas o religiosas, centran casi toda su atención en la mente y en la física, y se manejan, en algunas asociaciones de una manera reservada y oculta, porque se sigue en la consideración de que no todo el mundo puede entender esos conocimientos, conocimientos que son reservados sólo para personas seleccionadas por quienes detectan ese poder, lo que los coloca en la seguridad de pertenecer a un linaje especial.
Pero mejor no hablemos de lo que desconocemos profundamente; de lo que sí podemos hablar, es de que muchos de nosotros hemos creído en Jesucristo en una forma tradicional, tradición heredada de nuestros padres y recibida a su vez por los suyos y así sucesivamente, por lo que la aceptamos como algo normal y correcto, y eso nos ha llevado a involucrarnos también como algo normal, en muchas doctrinas o dogmas diferentes a la fe cristiana o a sumirnos en cierta incredulidad en la veracidad de nuestra fe a pesar de seguir sintiéndonos creyentes.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:52

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Etiqueta 18

Todo esto se ha dado, porque hemos sido alentados, tal vez inconscientemente, a seguir viviendo en la ignorancia espiritual de la Palabra de Jesús para seguir enseñanzas y mandatos de hombre, situación que no nos ha proporcionado ninguna luz en el conocimiento espiritual acerca de nuestro ser trinito semejante a Dios, ya que se basan fundamentalmente en los conocimientos de sabiduría humana, sin duda, muy importantes para el desarrollo físico y material del hombre; salpicado de conocimientos religiosos y espirituales de aquí y de allá afianzados por su libre albedrío para recibir la misericordia y el amor de Dios.
Muchos de estos estudios nos dicen que somos lo que pensamos, es decir, si pensamos como mediocres, mediocres seremos, si pensamos como triunfadores eso mismo seremos, y si pensamos como dioses, dioses seremos.
Debemos de guardar las distancias adecuadas respecto a ser como dioses, porque verdaderamente, si al pensamiento transformador lo sacamos del mundo mental y lo ubicamos en el mundo material y ya allí, le añadimos la acción correcta y adecuada, indudablemente eso nos impulsará a lograr lo que queremos, y si no lo hacemos así, ese pensamiento transformador que tuvimos se quedará en uno más de esos pensamientos de los que mucha gente presume, pero, referente a ser dioses, según la Palabra, se refiere más que nada, a guardar obediencia a la Palabra de Dios para que su poder se manifieste a través del hombre para construir, no destruir, para dar paz, no contienda, para dar amor y no odio, es decir, podemos transformar la obra de Dios para beneficio del hombre y no para destrucción de él mismo.
No pretendamos creer que podremos igualarnos a Dios porque jamás lo lograremos, ya que Dios es el Único y Real Creador, y si lo vemos de ésta manera, el hombre jamás podrá crear algo no creado, es decir, algo que a Dios se le haya olvidado crear. ¿Se le olvidaría algo? .- Reflexione -.
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Lo que realmente sucede es que muchas personas confundimos el concepto del Crear Divino con el concepto crear humano, pero la creación humana, no es sino solamente la transformación de todo lo que ya ha sido creado por Dios, lo que nos da la ilusión de que también nosotros somos creadores, pero, si analizamos bien esta situación, tal vez nos lleve a reconocer, que la función que el hombre a desempeñado aquí en este mundo conducido por su libre albedrío, es el de transformar la creación de Dios para beneficio de todos, sin embargo, esta transformación ha sido hecha para comodidad y riqueza de unos cuantos y la desdicha y miseria de los muchos. Así, que si queremos estar en la frecuencia que nos ponga en contacto con el conocimiento correcto de lo que en verdad nos interesa, en éste caso, de encontrarnos a nosotros mismos y a través de Cristo de una manera real, efectiva y para siempre sin darle tantas vueltas al asunto, y sin enredarnos entre tantos formulismos mezclados entre otras tantas concepciones, es completamente necesario y vital saber que es el espíritu, cuándo, cómo y dónde se desarrolla y cuál es su función fundamental en nosotros, y cuando vayamos conociendo poco a poco todo lo anterior en forma conveniente e irle poniendo acción a ese conocimiento, nos estaremos situando poco a poco en el punto más cercano para encontrar el verdadero camino que nos conduzca al conocimiento del significado y sentido de nuestras vidas. Atrévase a dar ese importante paso que lo pondrá en ese punto, conociendo lo que más adelante veremos para tratar de encontrar las posibles respuestas a nuestras preguntas acerca del conocimiento del mundo espiritual de Dios, en una forma sencilla, sin fórmulas o recetas mágicas y sin recurrir a ningún otro medio exótico o vistoso para entrar en ese conocimiento espiritual, no porque se deba menospreciar en alguna manera lo anterior, sino, porque todos los que nos consideramos cristianos, deberíamos introducirnos a ese conocimiento a través del estudio y la meditación de su enseñanza que se transmite a través del Nuevo Testamento para que nuestra fe se vea aumentada y comenzar a obtener resultados reales en nuestra búsqueda existencial, y no volver a otras enseñanzas que nos hace creer lo que en realidad no es cierto.

 

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"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 17:58

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Etiqueta 19

Como dijimos antes, hay asociaciones civiles y religiosas en los que sólo ciertas personas son seleccionadas por los que tienen ese poder de selección para que puedan ocupar ciertos puestos dentro de ellas y tengan acceso a esos conocimientos ocultos o religiosos manipulados por el hombre, lo que da la sensación de que en esos conocimientos se encuentra la verdad, y así es, nada más que es la verdad en la forma en que ellos la manejan y no la verdad de nuestra fe como creyentes de Jesús. Por lo que, si nosotros que nos llamamos cristianos, queremos conocer la verdad de su Palabra, aprendamos sin demora y con verdadero interés los porqués de nuestro cuerpo, de nuestra alma y de nuestro espíritu, para que estemos en las condiciones adecuadas de adquirir los conocimientos que abrirán la puerta en nuestra alma a la Mente de Dios para rendirnos a El y hacer nuestra su Voluntad y así tratar de entender esos tremendos enigmas de nuestra condición de ser seres trinitos semejantes a Dios.
Que significan según el diccionario las siguientes palabras:
CUERPO: Materia orgánica que se constituye en sus diferentes partes.
ALMA: Substancia espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre.
ESPIRITU: Ser inmaterial y dotado de razón. Don particular que Dios suele dar a algunas criaturas. Vigor natural y virtud que alienta y fortifica al cuerpo.
Si usted cree entender esto, o se conforma con la anterior descripción, muy bien, pero si no, dispóngase y prepárese a conocer, y si es posible, a poner en práctica el contenido de las siguientes reflexiones inspiradas y avaladas por el Antiguo y el Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras.
En la gran mayoría cristiana, se sabe que Dios se manifiesta en su Santísima Trinidad como El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo que conforman un solo Dios Todopoderoso, Omnipresente, Omnisciente y Eterno, El Altísimo, el YO-SOY eterno sin principio ni fin, y en su esencia sustancia y eternidad, el principio y fin de todas las cosas.
Este conocimiento se ha mantenido como una verdad sin discusión en casi toda la Iglesia Cristiana sin importar el nombre de la denominación a la que cada creyente asiste, y que a pesar de que lo que conocemos de nuestra fe cristiana en muchísimos casos no va más allá de lo que quisimos o quisieron o pudieron enseñar las personas encargadas de ello, creemos en esa Santísima Trinidad, puesto que todo creyente aplicado sabe que sabe por la enseñanza que recibe de la Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, que esa afirmación es auténtica y verdadera, y que cuando el hombre fue creado por Dios, dijo: "Hagamos al hombre a Nuestra Imagen y Semejanza", por lo que prácticamente se refería ha hacernos semejantes a él de acuerdo a su manifestación en Trinidad, por lo que al hacernos a su imagen y semejanza fue con el fin de seguir un plan previamente establecido por él para que todo siguiera un orden y un propósito, un orden y un propósito espiritual, para que más adelante, el hombre, al someter su voluntad humana a través de su libre albedrío a la voluntad de Dios, tuviera conocimiento de ello y volviera a recuperar su lugar en el Reino de Dios.
Lo dicho anteriormente, nos da una visión clara y profunda del porqué nosotros fuimos formados por Dios en tres personalidades también realmente distintas en semejanza con El, es decir, nos formo con un cuerpo, con un alma, (mente) y con un espíritu para crear un sólo ser, el Ser Humano, por lo que debemos saber, reconocer y recordar, que tenemos y que debemos darles la tremenda importancia a esas semejanzas que todos los seres humanos tenemos con Dios para entender, que nosotros, al ser formados por El en esas tres personalidades realmente distintas, él mismo decidió que cada personalidad se desenvolviera y se desarrollara en un lugar y en un ambiente específico para no variar de ese orden divino.
Después, Dios concedió al hombre el libre albedrío al ser motivado éste, por la mentira del Tentador, a desobedecer su ordenanza, haciéndole creer a Eva que el hombre se igualaría a Dios comiendo del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, y el hombre, al creer esto, comió del fruto del árbol prohibido, y al hacerlo le fue liberado su libre albedrío, sólo que este libre albedrío sería algo negativo en el grueso de la humanidad, es decir, su desobediencia le trajo al hombre algo que no ha sabido manejar en forma correcta, este algo, es la libertad de decidir por si mismo su camino imponiendo su libre forma de pensar, de decidir, de actuar, etc. por lo que el hombre, al imponer esta facultad, decidió seguir viviendo en la concepción del que lo orilló a obtenerlo, esto es, decidió seguir viviendo en la mentira de creerse autosuficiente, mentira que el libre albedrío reforzó cuando el hombre comenzó a adquirir conocimientos de la ciencia, del bien y del mal, conocimientos que lo han mantenido desde entonces en el camino equivocado y que lo han hecho seguir extraviado del camino del verdadero orden y del verdadero propósito de Dios, según El Nuevo Testamento.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:03

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Etiqueta 20

Esto nos debería llevar a reflexionar a profundidad que el hombre, al imponer su libre albedrío para hacer su voluntad amparada por sus conocimientos humanos en su mente, está permitiendo que el Tentador lo siga manteniendo, (como cautivó a la primera pareja humana,) con esas vendas espirituales gruesas y negras en sus ojos y en su mente para no ver, y mucho menos aún, recordar correctamente su semejanza con Dios, e inclusive llevarlo hasta dudar de que Dios sea como es intuido por muchos, y tan poderosas son éstas vendas mágicas, que muchas personas se sienten igual y poderosos que El porque se piensa y se dice, que todos tienen el poder, por ejemplo, para sanar enfermedades y curar dolencias, o corregir situaciones adversas de cualquier índole en sus vidas con tan solo poner en acción su energía interna y su poder mental, invocando para ello algunas veces, las fuerzas y poderes sobrenaturales en la forma en que cree que es correcta. Esa misma reflexión debería llevarnos de la mano para tratar de entender y saber acerca de lo que esas vendas gruesas y negras en lo espiritual, nos han ocultado. Veamos: ¿En qué ambientes, lugares, mundos, dimensiones ó esferas se desarrollan los componentes de nuestro ser trinito semejante a Dios?.
En nuestra sabiduría humana hemos encontrado respuestas que más que contesten estas preguntas, hace que surjan otras, pues como dijimos antes, en ese afán de nuestra búsqueda de respuestas sobre lo que estamos tratando, nos convertimos casi sin sentir y casi sin darnos cuenta, en unas personas eclécticas en lo espiritual o religioso, pues vamos tomando conocimientos de aquí y de allá, incluyendo por supuesto, pasajes de la Biblia que acomodamos según nuestra forma tradicional o física o científica o religiosa de pensar, para que así vayamos normando nuestro criterio, criterio basado en ese libre albedrío que cautiva a nuestra mente, para que en forma casi automática, desechemos o nos incite a poner oídos sordos a todo o casi todo ese conocimiento que no vaya muy de acuerdo a nuestros tradicionales conocimientos, o que de plano, vaya en contra de todos ellos.
Normalmente por nuestra ignorancia acerca de lo espiritual, la mayoría de nosotros percibimos lo antes expuesto en forma tradicional y por lo mismo de la siguiente manera:
CUERPO: Como esta personalidad es la que nos cobija, pensamos que la conocemos porque activamos en forma casi mecánica nuestros cinco sentidos y los utilizamos, por lo regular, a patrones y reglas de conducta previamente establecidas por el hombre, en la sociedad, en la familia, en el trabajo, en la profesión o en la religión en este mundo tradicional y materialista y por lo mismo, alejados regularmente de la verdad espiritual.
ALMA: Por lo regular sabemos que tenemos un alma, conocimiento que no va más allá de lo que hemos escuchado, pero que en realidad desconocemos que es o en dónde se encuentra, y además desconocemos totalmente que función desempeña en nosotros; algunos lo relacionamos con nuestra mente o con Dios sin definirlo, por lo que debemos aceptar nuestra ignorancia al respecto.
ESPIRITU: Estamos en las mismas condiciones de conocimiento que en el punto anterior, es decir, algunas personas pensamos que el espíritu tiene algo que ver con Dios, pero en realidad desconocemos que es en verdad tiene que ver con él.
Como podemos darnos cuenta a través de estas reflexiones, la inmensa mayoría de los seres humanos estamos muy limitados en el conocimiento verdadero de nuestro ser.
Normalmente el hombre se encuentra inmerso casi en forma total en el mundo material que lo rodea, ya que en él encuentra los satisfactores, que en caso de poseerlos, le darán una vida estable que le harán pensar y creer que esa es la finalidad misma de la existencia, sacrificando inclusive, -por su afán de poseer estos satisfactores lógicamente materiales-, valores tan importantes como la familia, el trabajo, la sociedad, la religión, y en sobremanera, los valores espirituales. Esto sucede por la ignorancia tradicional acerca del conocimiento real de lo que es y debe hacer nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu, que como ya dijimos antes, por alguna extraña razón sabemos que existen pero en realidad no sabemos donde se encuentran ni cual es la verdadera función que les ha sido encomendada en nuestro ser, pero lo mas preocupante y lo más triste, es nuestra ignorancia con respecto a Dios, ya que a pesar de que creemos en El, lo sentimos muchas veces tan distante y tan lejano que nos impide tener alguna relación realmente auténtica, estrecha, y poderosa con El.
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Lo que realmente sucede, es que el ser humano se mueve y se desarrolla en un círculo vicioso que no le permite vislumbrar de ninguna manera el enorme y variado potencial espiritual que lo rodea, ya que normalmente la información que recibe en su mente proviene del mundo material en el que vive y nuevamente es allí en donde lo vuelve a aplicar, y así, sucesivamente.
Es decir:

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"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:10

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Etiqueta 21

Debemos de recordar que las reflexiones aquí contenidas no son de ninguna manera para inducirlo a cambiar de religión o denominación, no se confunda, de lo que se trata es de ubicarnos donde debe correspondernos como cristianos para que tratemos de alcanzar el conocimiento que nos conduzca a la verdad de nuestra existencia en el orden y propósito de Dios.
Como sabemos, el ser humano se conforma de cuerpo, alma y espíritu, pero dado a que nos encontramos inmersos físicamente en este mundo material y materialista, por lo regular nos identificamos mentalmente con nuestro cuerpo porque es la parte de nuestro ser que se encuentra total y completamente en este mundo que habitamos, y como es la parte de nuestro ser que vemos y sentimos con mayor intensidad, pensamos que todo nuestro esfuerzo realizado en las distintas áreas de nuestra vida es para darle gusto a él, por lo que, para obtener todo lo necesario para vivir bien, regular o mal de acuerdo a los niveles de educación que recibimos en la familia, en la escuela, en el trabajo, en la religión, o en el medio en que nos desenvolvemos, tenemos que aprovechar al máximo todo ese conocimiento humano positivo y negativo al que hayamos tenido acceso para poder sobresalir en este mundo netamente material. Estos pensamientos son los que nos han hecho vivir en la ignorancia casi total acerca del conocimiento básico de nuestra alma y de nuestro espíritu, lo que ha ocasionado casi desde siempre, que nos desviemos del verdadero sentido, del verdadero orden y del verdadero propósito de Dios en nosotros, por lo que, esos pensamientos materialistas aunados a la ignorancia tradicional de la conformación real de nuestro ser semejante a Dios según las Sagradas Escrituras, son los que nos limitan en gran forma para entender, que nuestro cuerpo nunca podrá responder ni corresponder en la forma debida si desconocemos el orden que Dios dispuso en nosotros a las tres personalidades de nuestro ser y darles la verdadera importancia que se merecen, es decir, tenemos que tomar consciencia de ello para que en nosotros surja ese deseo enorme, ese ímpetu que nunca debimos perder, para intentar saber y conocer acerca de nuestra alma y nuestro espíritu, ya que al vivir en la ignorancia con respecto a ellos, estamos perdiendo la oportunidad de vivir plenamente nuestras vidas con tranquilidad, con paz, con prosperidad, con salud, con gozo, con amor, con fe, en fin, con el propósito para el que fuimos creados.
Interesémonos en conocer más de ellos, para que así dejemos de desperdiciar lastimosamente nuestras vidas y este mundo material en el que vivimos y que fue diseñado y construido para nosotros, y darnos cuenta, de que ese desperdicio que hacemos de él, se debe a que al imponer nuestra voluntad por medio de nuestro libre albedrío queda abierta la puerta de la mente del conocimiento material de hombre, que, volvemos a decirlo, nos ata y nos sujeta a vivir sin límites en este mundo tradicional y materialista; y lo que esto provoca es que no aprovechemos correctamente los beneficios que nos corresponden como la creación predilecta de Dios, por no querer perder esas vendas espirituales negras y gruesas que nos mantienen sumidos en la ignorancia tradicional del correcto orden en nuestro ser que Dios nos manifiesta, es decir, no queremos aceptar que nuestro ser deberá reconstituirse en espíritu, alma, y cuerpo, en ese orden, y que debemos estar dispuestos a conocer correctamente de ellos para alcanzar el camino que nos conduzca a conocer nuestra verdad existencial.
Se tratará, pues, de que a través de estas reflexiones tengamos una visión y una perspectiva más clara y amplia de lo que realmente es el orden y el propósito de Dios para el hombre en este mundo, en éste hermoso y maravilloso mundo en que vivimos y que fue creado para que disfrutáramos en él a plenitud en el Reino de Dios.
Reflexionemos ahora sobre lo que sigue para que nos vayamos ubicando en la comprensión de lo que aquí se trata de explicar para entrar en el conocimiento espiritual de las cosas de este mundo.
Cuando un nuevo ser humano nace, normalmente es un evento grandioso y maravilloso, tanto, que le damos gracias a Dios efusivamente, ya que por lo regular este evento nos llena de un auténtico orgullo a los que somos sus progenitores, puesto que en la gran mayoría de los casos se vislumbra la hermosa oportunidad que la vida nos da, de alcanzar, por medio de esa nueva y maravillosa criatura, las aspiraciones y los sueños que no pudimos realizar o los logros que no pudimos obtener por diversas razones o motivos, y estos pensamientos son los que nos impulsan a querer por todos los medios a nuestro alcance, de facilitar en ese hijo o hija, en esa nueva y tierna vida, en sus tiempos debidos, su desarrollo intelectual, para que la carne de nuestra carne, y sangre de nuestra sangre, tenga una visión y una preparación adecuada, que lo lleve, a través del tiempo, a alcanzar esos objetivos que nosotros, si ese es el caso, no pudimos alcanzar completamente. O por el contrario, si fuimos capaces de lograr lo que nos propusimos y la " suerte " nos ha sonreído, queremos que a esa nueva vida procreada por nosotros le sea más fácil alcanzar lo mismo, por lo que tratamos de poner mayor empeño a ese pensamiento que inunda nuestra mente para que se haga una hermosa realidad en nuestro heredero, para que tenga, inclusive, mayores logros que los que estamos obteniendo nosotros, por lo que también en este caso, trataremos de facilitarle el camino para la realización de esos objetivos.
Como podemos observar en cualquiera de los ejemplos antes descritos, nuestro interés primordial es el bienestar, más que nada, material, de ese pedacito de nuestra vida, y deseamos con fervor que todo lo que él emprenda se vea siempre coronado con el éxito, y para que esto suceda, trataremos de esforzarnos, de acuerdo a nuestras posibilidades económicas y sociales, para que él reciba una educación y una preparación familiar, social y académica adecuada, para que poco a poco y con la mayor facilidad posible, logre sobresalir en este mundo tan competitivo nuestro sobre la mayoría de la gente y se coloque en un lugar privilegiado que le de cierto poder sobre esa mayoría.
Así las cosas, empezamos a notar al correr del tiempo, que todos esos buenos deseos, que todos esos magníficos pensamientos que en nosotros renacieron junto con el nacimiento de esa nueva vida, se han ido modificando poco a poco, y tal vez sin que nos demos cuenta de ello, por situaciones y agentes extraños fuera de nuestro alcance, y esto se empieza a hacer notorio cuando vamos perdiendo el control en el comportamiento en ciertas áreas de la vida de nuestro hijo que se van presentando de diversas maneras. Esto comienza a suceder en cuanto nuestro hijo se encuentra de repente envuelto en ambientes notoriamente extraños y diferentes al entorno familiar o natural que le es conocido, lo que le va provocando poco a poco cambios en su conducta, lo que hace muy difícil que le demos a esa situación la importancia debida.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:12
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Etiqueta 22

Cuando nosotros empezamos a notar; si es que estamos en condiciones de hacerlo, de que algo no está funcionando de acuerdo a como lo habíamos pensado, trataremos de corregir esas situaciones de cambios de conducta en nuestros hijos, que más que nada dificultan la comunicación que debería haber entre padres e hijos. Estas situaciones se dan por nuestra ignorancia con respecto a esos cambios hasta cierto punto naturales en el ser humano, que traen como consecuencia, que nuestras propias fallas como padres de familia se vean aumentadas, ya que el diario acontecer en nuestras vidas nos va colocando repetidas veces en situaciones de angustia, de desesperación, de frustración, de contienda, y de todo lo demás que nos preocupa, y somos distraídos, de tal manera, de esos nuestros primeros pensamientos tan positivos de todo lo que deseamos para nuestro hijo cuando nació, que inconscientemente dejamos al garete y sin control a esa nueva vida que en su momento fue lo más maravilloso e importante para nosotros. Esos momentos en los que tratamos de retomar el control en nuestro hijo para corregir su rumbo, son de una fuerte y terrible angustia, ya que esas situaciones por las que atravesamos hacen preguntarnos, ¿que pasó?, ¿en que fallé?, sin darnos cabal cuenta, de que la actitud hacia nuestro hijo, avalado por las situaciones negativas en que nos vimos y nos vemos expuestos a cada momento en nuestras vidas, no ha sido congruente con nuestros buenos deseos, con esos maravillosos pensamientos que surgieron incontenibles ya desde antes y que se reforzaron en ese preciso momento de su nacimiento, y, de repente, despertamos y caemos en la cuenta de que lo que está sucediendo en esa vida, de la cual tenemos que responder ante Dios, ante la sociedad, y ante la familia, se debe primordialmente a un descuido sin duda tradicional y por lo mismo inconsciente, pero al fin descuido, que hace que la situación por la que atravesamos regularmente los padres de familia, se torne más difícil de lo que realmente hubiera sido si hubiéramos tenido la capacidad espiritual de prevenirlo.
Dios permite que poco a poco tengamos acceso al conocimiento de Dios y a la Mente de su Sabiduría para iniciarnos en el conocimiento acerca de la importancia que nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo deben de tener en la condición del ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios, y a los que no les hemos dado el lugar exacto que les corresponde por la tradicional ignorancia que nos viene acompañando casi desde siempre, y esa misma ignorancia, se ha convertido en el puente para que por él pasen toda clase de personas que manipulan nuestra mente sorprendiéndonos con sus "vastos y abundantes conocimientos científicos, tecnológicos, religiosos o espirituales, esotéricos u ocultos" o con sus poderes psíquicos o mentales, mismos que no negamos o afirmamos, pero que a la mayoría de los que nos decimos creyentes de Jesús y que aún no hemos cimentado nuestra fe, nos confunden aún más de lo que pudiéramos estar, y por desgracia nos siguen manteniendo en esa ignorancia ancestral que nos ha vuelto ciegos, ciegos por esas vendas espirituales negras y gruesas colocadas en nuestra mente espiritual positiva, que no nos permiten disponernos a conocer, como verdaderos cristianos, lo que Dios a través de Jesús nos manifiesta en su Palabra, ni a darnos cabal cuenta de que lo único que quieren la mayoría de esas personas, es aprovecharse de esa confusión y de esa ignorancia para sus muy particulares intereses, ya sea de reconocimiento personal o aprovechamiento material y económico.
Recordemos que todo lo que aquí se está exponiendo, solo tendrá valor si es despertado en quien lo esté leyendo, el interés para leer, estudiar, reflexionar y meditar profundamente lo que la doctrina de Jesucristo nos revela en su Palabra contenida en el Nuevo Testamento.
Prosigamos: Deberíamos de tomar en cuenta, que todos los problemas que nos afectan a padres e hijos, se debe primordialmente a que desde un principio todo lo aplicamos con un sentido y un significado materialista en todas las cosas, es decir, la preparación y educación que recibimos y que después inculcamos en nuestros hijos, está enfocada y dirigida en ese sentido, puesto que nosotros como seres humanos nacemos, vivimos, crecemos, nos reproducimos, gozamos, sufrimos y morimos en este mundo en el que estamos inmersos desde que nacemos, y desde que la primera pareja se vio seducida en la mentira de que podrían ser autosuficientes al conocer de la ciencia, del bien y del mal. Esta situación es la que hace que nuestro cuerpo y nuestra mente en el alma se corrompan de tal manera, que hace que ignoremos, y por lo mismo no veamos, la enorme necesidad y la tremenda importancia de despertar a la consciencia, desde la mas tierna edad, a la más importante y desdeñada personalidad del ser humano, el espíritu, para que la preparación que se reciba empiece de forma correcta según el Nuevo Testamento, es decir, que cuando, en el ser humano se despierte la capacidad de razonar, es cuando nos deberíamos de ocupar por transmitir todo conocimiento en el orden de Dios y no en el orden de hombre.
En primer lugar, espiritual, para poder entender toda la enseñanza humana como algo que Dios tiene para nosotros y a quién deberíamos darle en primerísimo lugar la gloria, el honor y la alabanza, agradeciéndole y pidiéndole que utilice esos conocimientos para llevar a cabo su plan para el hombre.
En segundo lugar, mental, ya que el alma se encuentra en el mundo o dimensión espiritual donde se desarrolla la mente humana y el lugar en donde se recibe todo el conocimiento sin principio ni fin que mana de la Mente de Dios, y por añadidura, todo el conocimiento que mana de este mundo tradicional y materialista.
En tercer lugar, corporal, ya que nuestra mente transmite y siembra en nuestro cerebro la forma de conocer las profundas maravillas del Reino de Dios y las maravillas de este mundo material, para que, conociendo lo anterior, disfrutemos en armonía con todo lo que nos rodea para no continuar viviendo en el descuido, en la ambición, en la soberbia y en la violencia tradicional humana, todo lo cual podríamos evitar si en lugar de hacer las cosas con los mandamientos y enseñanzas de hombre en el Nombre de Dios, las hacemos con los mandamientos y enseñanzas de Dios a través de la Palabra de Jesús para que el cuerpo actúe de acuerdo al orden y para el propósito de Dios.
La preparación espiritual debería de ser la base primordial de todas las enseñanzas, ya que en ella se encierra el conocimiento total para encontrar la verdadera razón y el motivo fundamental de nuestra existencia.
Veamos, si preguntáramos a alguna persona que ha sobresalido en todas sus empresas en una forma excepcional a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio, o valiéndose de artimañas o abusos, si tiene alguna necesidad teniéndolo todo en lo material?, sin duda, usted como yo hemos escuchado la respuesta que muchas de ellas darían, ya que a pesar de todas las riquezas en dinero o posesiones que han acumulado, no han podido encontrar esa paz y tranquilidad que han buscado de esa manera. La realidad, es que la base de la educación y aprendizaje del hombre se ha centrado casi al cien por ciento en lo material para sobresalir en esta vida de cualquier forma y manera, y que la educación espiritual se ha limitado a la enseñanza tradicional humana en la que se piensa que con asistir irregularmente a las Iglesias para recibir la Palabra de Dios sin tener que dar nada a cambio, salvo en lo económico o en lo material, es suficiente para estar cumpliendo con la voluntad de Dios.
Lo que pasa, es que el hombre aún cuando se diga cristiano, siempre ha mostrado poco o nulo interés en la lectura, estudio y meditación de su Palabra en el Nuevo Testamento, y se ha conformado con creer que existe un Dios en Santísima Trinidad que todo lo puede, que todo lo sabe, y que nos ama sin condiciones. Esta forma tradicional de ver las cosas de Dios, nos ha estado desviando en una manera preocupante de la verdadera esencia espiritual de la Palabra de Dios a través de Jesús, ya que nos hemos dejado conducir por senderos más largos para tratar de conocer nuestra verdad existencial según el Nuevo Testamento, y además, nos anima a hablar de lo que ignoramos profundamente.
Así es, mucha gente cree en Dios de acuerdo a la religión que profese, o a los estudios a los que haya tenido acceso, pero la verdad, es que no sienten ninguna comunicación fluida y constante, así como tampoco ninguna relación auténtica con El. Esto se debe primordialmente a que nuestra educación y relación materialista es tan poderosa que nuestra mente fue educada para limitar, y aún anular de nuestro ser, todo acercamiento espiritual con Dios que no sea en la forma tradicional autorizada por el hombre, lo que nos impide ver, que a través de guardar fidelidad a la Palabra de Jesús, descubriremos las riquezas espirituales sin fin por medio de las cuales recibiremos la provisión a todas nuestras necesidades.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:16

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Etiqueta 23

Normalmente nosotros como seres humanos pensamos que somos los únicos que podemos forjar el futuro con nuestras propias fuerzas aprovechando a lo máximo las enseñanzas que recibimos de cualquier manera en lo familiar, escolar, profesional, o en las diferentes actividades productivas en que nos involucramos, las cuales, al realizarlas con dinamismo, empuje, y verdaderos deseos de salir adelante, nos van arrojando resultados que nos acercan poco a poco a nuestro propósito material, lo que nos hace pensar que estamos ubicados en el camino correcto ya que nuestro entusiasmo es tan grande, que todo, a pesar de cualquier problema o circunstancia adversa, lo vemos de una manera tan especial, ya que creemos, que si estamos logrando lo que nos hemos propuesto, es porque Dios así lo ha dispuesto, y eso es lo que nos hace creer que todo lo que pensamos, decimos o hacemos está bien, por lo que la mayoría de las veces no aceptamos consejos de nadie, y mucho menos de las personas a quienes en verdad les importamos. Así que rechazamos toda observación en contra, observación que tal vez nos regresaría a la realidad para poner nuevamente los pies sobre la tierra y quitarnos todo ese humo, todas esas tinieblas que nublan nuestra mente espiritual, ya que no queremos que se nos diga, que todo lo que hemos logrado hasta ahora, nuestros éxitos, nuestros tropiezos, y por qué no decirlo, hasta nuestras pequeñas derrotas en la batalla de la vida, no son sino sólo la forma de prepararnos para entender, que en nuestra existencia todo tiene un orden y un propósito, pero un orden y un propósito divino, no es esa lucha diaria que en el mejor de los casos, sirve para demostrarnos a nosotros mismos y demostrarle a los demás lo que según nosotros valemos, ya que la identificación que buscamos a través de nuestros logros mundanos, de nuestro acervo cultural, y de nuestra actitud de autosuficiencia, sean las que sirvan de referencia para que se nos reconozca en este mundo en el que vivimos; pero, si permitimos y dejamos que nuestro libre albedrío libere la puerta de nuestra mente espiritual, nos daremos cuenta, de que de ese orden y ese propósito divino que no queremos conocer, es el que haría que escucháramos de aquellos, que verdaderamente desean nuestro bienestar, las observaciones hechas en contra de nuestras actitudes para poder analizarlas, y en su caso, rectificarlas para que así pueda haber un cambio positivo en ellas, eliminando ese desprecio y ese rechazo a todo lo que nos sugiera que no estamos tan bien como creemos estar.
Si después de estas reflexiones seguimos rechazando cualquier observación contraria a como pensamos o actuamos en forma personal, entonces definitivamente estamos preparándonos, estudiando, luchando, sacrificándonos y trabajando con nuestras propias fuerzas, sin aceptar intromisiones de nadie, tratando de alcanzar todo lo que nos propusimos con nuestros propios medios, y si estas fuerzas nos alcanzan, puesto que por lógica son limitadas ya que no sabemos hasta dónde o hasta cuándo contaremos con ellas, probablemente tendremos grandes logros y enormes satisfacciones, aunque también por lógica, nunca serán completos, pues estaremos tan inmersos y ocupados en nuestros asuntos, que siempre nos hará falta algo que quizá no alcanzamos a definir o no queramos hacerlo, para ocultarnos a nosotros mismos, que el interés que hemos puesto en nuestro desarrollo material y mental tradicional, nos ha hecho descuidar en gran manera de lo que ahora carecemos, y que puede ser paz, tranquilidad, comprensión, consideración, respeto, comunicación, o algo mucho más importante, nos falta amor, amor de nuestros semejantes, de nuestros familiares o tal vez de nuestros hijos, o peor aún, de nuestra pareja, o más peor aún, sentimos que carecemos del amor de Dios, porque a pesar de haber logrado o no nuestros proyectos, lo sentimos tan alejado de nosotros que hasta dudamos de su existencia.
¿Por qué sucede esto? Aunque usted no lo crea, sucede por ceguera que nos hace ignorantes, porque aún como cristianos, no queremos ver más allá de lo que nos han marcado las religiones o denominaciones religiosas tradicionales, y cuando nos decidimos a hacerlo, nos cerramos casi por completo a ese conocimiento porque en lugar de tratar de encontrar el significado espiritual a lo que nos sucede, queremos razonarlo en la forma en que estamos acostumbrados, y por supuesto, empezamos a cuestionar todo o casi todo de lo que recibimos que no vaya muy de acuerdo a ese razonamiento, lo que nos convierte después de ciegos e ignorantes, en unos verdaderos necios. Esas fuerzas negativas son las que nos han mantenido con vendas negras mágicas en nuestros ojos espirituales para no ver y no dejar que entre a nuestra alma la Luz, esa luz que nos iluminaría y que nos libraría de esas vendas que nos impiden ver y disfrutar de todo lo bello y positivo que el Creador a puesto a nuestra entera y completa disposición en este mundo en el que actualmente, y que en forma por demás lastimosa estamos desaprovechando. Así que debemos decidirnos para conocer, entender y comprender el plan de Dios en usted y en mí, quitándonos esas vendas negativas que nos conducen y nos obligan inconscientemente a trabajar, a superarnos y a ser mejores con nuestras propias fuerzas que nos atan y nos sujetan a este mundo tradicionalmente materialista, impidiéndonos reconocer que existen otras fuerzas, fuerzas espirituales de Dios de las que nos podemos sujetar firmemente para que entonces sí, tengamos el poder y la fuerza que se necesita para conseguir, en el orden y para el propósito de Dios, todo lo que nos corresponde como su creación predilecta. Pero es necesario conocer, entender y comprender cual es el camino recto, sin desviaciones de pedirle a Dios para quitarse de una vez y para siempre esas terribles vendas en nuestra mente, pues solamente así, Dios nos hará partícipes de su Poder para vivir en plenitud con sus Fuerzas, mismas que no conocen límite y que nos permitirán en forma armoniosa y rítmica, cumplir con su plan en su orden y su propósito para nosotros.
Veamos, uno de los valores fundamentales en la vida de cualquier ser humano, es sin lugar a dudas la autoestima, ya que si a éste valor humano no le damos la importancia que requiere, no encontraremos la verdadera estima al ser espiritual que proviene de Dios, estima que la gran mayoría de nosotros cambiamos por la estima de nuestros semejantes, lo que nos impide de una forma egoísta tener acceso al mundo espiritual de Dios para poder hacer nuestras todas las promesas y todos los Dones espirituales con los que El nos quiere proveer para realizar nuestras actividades correctamente en los medios en que nos desenvolvemos, pero al vivir como lo venimos haciendo en la actualidad, muchos de nosotros no nos valoramos en la forma en que deberíamos hacerlo, es decir, aceptando nuestros defectos, estando conscientes de que debemos trabajar positivamente en ellos para irlos desterrando poco a poco de nuestras vidas, y al mismo tiempo, reconocer de manera humilde, nuestras virtudes, para que al decidir hacerlas crecer, encontremos el camino que nos lleve a conocer la verdad de nuestra existencia, y de esta manera evitar limitar por flojera o ignorancia, el desarrollo natural correcto y adecuado de nuestras aptitudes positivas y de nuestros conocimientos en general para poder aplicarlos en donde tienen mayor valor, así como también la comunicación generosa de nuestra inteligencia natural con la inteligencia espiritual, y por supuesto, de la semejanza con Dios que deberíamos proyectar a los demás. ¿Por qué permitimos limitar la fluidez constante en nosotros de todos esos dones y poderes que nos harían estar en posición de ir logrando poco a poco a reconocernos verdaderamente como imagen y semejanza de Dios? Para contestar esto, diremos que es verdaderamente importante y por lo mismo necesario, revisar en nuestra concepción interior que tanto o que clase de valor le damos a la autoestima que nos pertenece, para saber a través de esta reflexión, que tan valientes somos para reconocer hasta dónde y en que partes la hemos descuidado, y ver que áreas de ella necesitan desterrarse porque hemos sucumbido a las influencias negativas a las que estamos expuestos constantemente, y así, tomar consciencia de ello y estar dispuesto a cambiarlas positivamente para elevar nuestra autoestima. Por eso deberemos tener mucho cuidado para no sobrevalorarnos ni negativa, ni positivamente para no predisponernos a la autodestrucción ni a la vanagloria, puesto que ambas situaciones son de las que mayor daño hacen al ser humano, por lo que si creemos tener la capacidad y sobre todo el valor suficiente para aceptar cualquiera de estos casos y tratamos de corregirlos, estaremos en el camino de la realización personal plena.
Partamos de la base de que todos somos capaces de lograr lo que nos proponemos por muy difícil que parezca, siempre y cuando pongamos el empeño y el esfuerzo suficiente para conseguirlo. ¿Cómo lograremos esto? En realidad pareciere que no es muy difícil de hacerlo, ya que tenemos en nuestro cuerpo el más sofisticado y perfecto mecanismo jamás conocido, ese mecanismo que nos permite hacer de nosotros unos verdaderos y auténticos triunfadores y unos verdaderos seres humanos naturales y espirituales en todos los aspectos de nuestra vida; o por el contrario, nos puede convertir en unas personas sin grandes aspiraciones, lo cual nos conducirá a ser conformistas, y que sin duda nos mantendrán más que a muchos en el filo de lo bueno y de lo malo, o peor aún, puede convertirnos en unas personas carentes de todos los valores humanos naturales y espirituales, es decir, valores morales, familiares, sociales, éticos, religiosos, afectivos, etc. convirtiéndonos en unas personas negativas y egoístas que solo pensamos en nosotros mismos como merecedores de todo lo bueno, y no como los verdaderos responsables de lo negativo que nos pasa, y esto se da por nuestro descuido e ignorancia espiritual con respecto a ese maravilloso mecanismo que es el cerebro. Así es, nuestro cerebro es tal vez la parte más importante de nuestro organismo, ya que nuestro cuerpo responde a todas y cada una de las órdenes emitidas por él, de tal manera que no es posible hacer nada bueno o malo si nuestro cerebro no nos trasmite la orden de hacerlo, ya que nuestro cerebro es el receptor del cual nuestra mente en el alma se vale para transmitir todo lo que ésta disponga de acuerdo a su condición tradicional y materialista, por lo consiguiente, nos da la capacidad de pensar, de razonar, de analizar, de definir y de realizar cualquier cosa buena o mala, dependiendo de lo que dicte nuestra conciencia natural, esa que nos dice del bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar pero sin tomar muy en serio el poco o mucho sentido o conocimiento que creemos tener de Dios.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:17

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Etiqueta 24

Para actuar siempre en forma positiva, necesitamos por fuerza que aprender a cultivar en nuestros surcos cerebrales, a través de nuestra mente, la semilla del árbol de los Dones y el Fruto del Espíritu formado por el amor, la fe, la paciencia, la prudencia, la esperanza, la templanza, la inteligencia, la sabiduría, la obediencia, etc., y mucho más que nos será otorgado a través del discernimiento espiritual bíblico, regando esa semilla con el agua fresca del perdón otorgado a nuestros semejantes, y el perdón solicitado con sincero arrepentimiento. Esta semilla deberá ser abonada, regada y cultivada con amor, esmero y dedicación para que brote ese bello árbol con hermosísimas flores de mil colores y estas puedan dar el Fruto precioso en abundancia y podamos cosechar y compartir a su debido tiempo, los beneficios que nos pertenecen por derecho propio, que a través del esfuerzo, trabajo y dedicación le hayamos puesto a esa siembra espiritual, lo que nos permitirá también poco a poco, abrir la puerta de la Mente de la Sabiduría de Dios para aprender en forma conveniente a guardar y a enseñar a cumplir lo que Jesucristo nos manda como la voluntad de Dios.
Como ya vimos, el ser humano tiene una percepción de su trinidad de una manera tradicional que podría no ser la más adecuada por lo limitado o confuso de lo espiritual, por lo que se hace necesario permitirle a nuestra voluntad, abrir la puerta del conocimiento de Dios para estar en las reales condiciones de darles la importancia debida a las semejanzas que el hombre tiene con Dios, Veamos:
YO SOY DIOS:
PADRE,
HIJO,
ESPÍRITU SANTO.
Ser Humano en el Reino de Dios:
Espíritu.
Alma.  
Cuerpo.
Ser Humano en el mundo material:
Cuerpo.
Alma.
Espíritu.
Como podemos ver, el hombre fue hecho originalmente un ser trinito natural en el mundo donde reina lo espiritual, y que por razón de su desobediencia después fue enviado en su ser trinito natural a un mundo en donde reina lo material, así que tendremos que reflexionar en cada una de esas particularidades del ser humano en su condición espiritual y material para tratar de llegar al conocimiento que nos permitirá separar lo espiritual de lo material y posteriormente se unan rítmica y armoniosamente para poder reencontrar el camino al Reino de Dios en este mundo cumpliendo su orden y propósito en nosotros.
Teniendo como base lo dicho anteriormente y porque todos los cristianos de cualquier denominación sabemos que nuestro ser humano natural que habita este mundo material se conforma de Cuerpo, Alma y Espíritu; es por lo que deberemos reconocer que debemos cambiar el orden actual de esas personalidades en nuestro ser, para que podamos regresar a la consideración de seres humanos espirituales de acuerdo al orden bíblico que Dios dispuso en nosotros, es decir:
1.-Espíritu.
2.-Alma.
3.-Cuerpo.
Tratemos de desglosar esto primeramente en la condición espiritual del ser humano para tratar de conocer que encierra cada una de las partes de nuestro Ser:
Condición espiritual del ser humano:
ESPIRITU: La Intuición de Dios. Vida y Comunión con Dios. La Consciencia de Dios.
(Génesis. 2:7) (1C. 2:16) (Hebreos 2:42) (Salmos 16:7) (Juan. 6:56).
La intuición de Dios.
La intuición se define como una percepción clara, íntima, instantánea de una idea o una verdad, en este caso Dios como el Padre, Dios como El Hijo, y Dios como El Espíritu Santo, como una verdad tal como si se tuviera a la vista.
La vida y la comunión con Dios.
Es la forma de vida espiritual que Dios comparte con nosotros y es lo que nos une directamente con El. Es la comunión de Su Espíritu Santo a través del estudio y el discernimiento de la enseñanza comunitaria en la Doctrina de Cristo a través del Espíritu de su Hijo Único Jesucristo.
La consciencia de Dios.
 Es la propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales como espíritu, alma y cuerpo en semejanza con la Santísima Trinidad de Dios.
ALMA: La Mente de Dios. La Voluntad de Dios. La fe de Dios.
La Mente de Dios.
Es la Potencia Intelectual o Sabiduría de Dios contenida en el Nuevo Testamento, y que por medio de la reflexión y meditación seria y profunda de su Palabra recibiremos al Espíritu Santo Intérprete para discernirla en su esencia espiritual.
La Voluntad de Dios.
Es en la que recibiremos los dones y el Fruto del Espíritu por medio de rendir nuestra voluntad a Dios reconociendo a Jesús como su Hijo Unigénito y como Nuestro Señor y Salvador personal y suficiente guardando y enseñando a cumplir fielmente su Palabra.
La fe de Dios.
Es un don que recibimos de Dios. Es la convicción de creerle a Dios con la certeza de recibir lo que esperamos de El, esta fe viene por el oír, y el oír su Palabra contenida en El Nuevo Testamento, y es la que nos da también por añadidura, la certeza y la convicción de que recibiremos los Dones y el Fruto del Espíritu Santo por medio de ella, y por lo tanto la provisión a todas nuestras necesidades.
CUERPO: Materia. Mente de hombre. Los cinco sentidos.
Materia.
Es la materia lo que Dios creó para constituir al hombre y para proporcionarle todos los satisfactores y los medios para su subsistencia y desarrollo humano para disfrutar y cuidar plenamente del Reino de Dios, y para ser templo y morada de Su Santísima Trinidad.
Mente de hombre.
La mente de hombre es la que se desenvuelve en este mundo material para conocer de Dios de acuerdo a las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, siendo éste el que contiene la Voluntad de Dios a través de Jesucristo.
Los cinco sentidos.
Dios equipó al hombre de cinco sentidos naturales para que éste pudiera aprovechar y disfrutar adecuadamente como ser humano toda la creación. según la ordenanza de Dios.
Debemos de reconocer, que en esta condición del ser humano en el mundo espiritual, también se localiza la Mente la fe y La Voluntad del Tentador, (Satanás) cuyas consecuencias todos conocemos.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:31

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Etiqueta 25

Después de analizar detalladamente todo lo escrito anteriormente para identificar plenamente al ser humano en el mundo espiritual en semejanza con Dios en su Santísima Trinidad, pasemos ahora a tratar de definir lo que encierra la trinidad del ser humano en su condición material en este mundo que le es particularmente familiar.
 
ESPIRITU:
Conocimiento tradicional.
Comunión tradicional.
Conciencia tradicional.
 
Conocimiento tradicional.
Es el que normalmente sustituye en el espíritu humano, a la intuición de Dios, ya que normalmente creemos decididamente en lo que conocemos o en lo que vemos, y desconfiamos de lo que no vemos, y esto se ve reflejado en que, a pesar de creer en Dios, la verdad es que no le creemos como tal vez quisiéramos hacerlo.
Comunión tradicional.
Esta comunión, es la relación que guardamos y tenemos con nuestros semejantes, esta relación se da en la identidad que todos buscamos de acuerdo a nuestra condición humana tradicional, en la que nos disponemos a actuar de acuerdo a nuestros objetivos personales y materiales en la familia, en la escuela, en el trabajo, en la sociedad, en la religión, y en todos los círculos en los que tradicionalmente nos movemos y desenvolvemos.
Conciencia tradicional.
Es el conocimiento que adquirimos a través del diario vivir personal, y al poco o mucho estudio en todas las ramas de la ciencia educativa, incluyendo lo religioso, y que al aplicarlo en forma tradicional, hace que sintamos que ése es el objetivo primordial en nosotros, creyendo que todo lo anterior nos proporciona el conocimiento suficiente para conocer del bien que deberíamos hacer, y del mal que deberíamos evitar.
 
ALMA.
La mente tradicional.
La voluntad tradicional.
El libre albedrío tradicional.
 
La mente tradicional.
Es la puerta que da entrada al conocimiento tradicional para recibir y hacer suyos todos los conocimientos en este mundo a los que el hombre tiene acceso para transformar su vida o su medio.
La voluntad tradicional.
Es la particularidad del hombre para imponer su condición tradicional que le hace creer que el conocimiento alcanzado le da la autoridad para hacer y deshacer a su antojo según lo marca su libre albedrío, pero la realidad es que al imponer su voluntad, se va alejando paulatinamente de lo espiritual positivo, pues normalmente se deja guiar y convencer por sus pensamientos de humana sabiduría, afianzados por sus necesidades, emociones y sentimientos, tanto en lo positivo como en lo negativo.
El libre albedrío tradicional.
Esta es tal vez la particularidad más importante en el hombre y a la que deberíamos darle la real importancia que tiene en nuestras vidas, ya que el libre albedrío tradicional es el que le ha dado el primer lugar a nuestra voluntad en su condición material para hacer o no hacer cualquier cosa, por lo que sin duda, también a través de él, podremos unir nuestra voluntad a la Voluntad de Dios para querer recibir lo que El quiere darnos para disfrutar nuestra vida material dirigida en el orden y para el propósito de Dios en nosotros.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:33

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Etiqueta 26

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, reflexionemos sobre los ambientes, esferas, mundos o dimensiones en que se mueven nuestras tres personalidades semejantes a Dios.
El cuerpo es quien recibe todo lo anteriormente descrito para afanarse en sus ambiciones, gozos y placeres mundanos creyendo que el obtenerlos es la finalidad misma de la vida.
El cuerpo se mueve, se desenvuelve y se desarrolla en el ambiente, mundo, o esfera, o dimensión material.
El alma es la esfera, mundo o dimensión a nivel espiritual donde se encuentra: la Puerta de entrada a la Voluntad y a la Mente de la Sabiduría y Poder de Dios, la puerta de entrada a la Voluntad y Mente de la Poder Negativo del Tentador, y la puerta siempre abierta de la voluntad y mente del conocimiento intelectual del hombre así como su libre albedrío, el cual que como ya vimos, nos puede permitir el acceso a cualquiera de las voluntades y mentes antes expuestas.
El espíritu se mueve, se desenvuelve y se desarrolla en el ambiente, mundo, o esfera, o dimensión espiritual, que es en donde se encuentra toda la Sabiduría de Dios sin principio ni fin y el conocimiento total del principio y fin de todas las cosas y la directriz para conocer, saber y aplicar correctamente el orden y propósito de Dios en nosotros.
Analicemos lo siguiente:
El cuerpo todos lo conocemos porque lo vemos y lo sentimos y es nuestro contacto directo con el mundo ó esfera material en que nos movemos.
El alma es la esfera, mundo o dimensión colocada en el centro, entre el mundo espiritual y el mundo material, y allí se encuentra dominante la potencia intelectual del hombre que es la que lo controla para fortalecerlo o debilitarlo, en una palabra, es la que lo nutre de todos los elementos necesarios para triunfar o fracasar en su vida material y espiritual, pues como sabemos, la mente domina al cuerpo.
El espíritu humano se mueve en el mundo, ó esfera, ó dimensión espiritual, así como en el mundo o esfera del alma, y por supuesto en el mundo material del hombre. Este mover del espíritu en el mundo material es la fuente de la vida humana en lo que a las funciones físicas, sentimentales y emocionales de su cuerpo se refiere.
El mover del espíritu en el mundo espiritual, es lo que da esa conexión entre él y la esfera del alma en donde ésta se conecta con la mente del hombre dominada por su libre albedrío, facultad, que alejándola de lo tradicional, permitirá al hombre, a través de guardar fidelidad a la Palabra de Jesús, abrir la puerta de la Voluntad de Dios Trinito e introducirse en la Esfera espiritual de su Poder y Sabiduría total, lugar que precisamente es en donde se encuentra en forma exclusiva el conocimiento, las energías y poderes positivos que existen en forma total y permanente y que siempre envuelven al hombre por completo, lo rodea, lo cobija, y que de acuerdo a un plan previamente establecido por Dios contenido en El Nuevo Testamento, permitirá que el espíritu humano tenga acceso poco a poco a todo ello, para que este conocimiento, a través de su alma, sea transferido a su mente para ser cultivado en su jardín del alma y cosechar a su debido tiempo todo lo que Dios le participe para que sea fortalecido, de tal manera, que se encuentre en condiciones de poder recibir los dones y el Fruto del Espíritu que le hará acercarse e introducirse en el Reino de Dios.
Pero todo tiene un orden que deberemos respetar para poder cumplir con el propósito de Dios en nosotros, es decir, para todos los cristianos existe un plan, un plan divino que de seguirlo conforme a los mandamientos de Dios a través de la obediencia a Jesucristo su Hijo, nos conducirá sin reservas ni restricciones a la presencia misma de Dios quien nos recibirá amorosamente en sus brazos paternos para hacernos partícipes de la herencia que El dispuso para sus hijos obedientes a la Palabra de Jesús.
La fuente para tener acceso a todas esas energías o poderes se encuentra en el mundo o esfera o dimensión espiritual positiva, que como ya nos dimos cuenta, es en donde se encuentra el origen del Poder total, puesto que todo el Conocimiento, toda la Sabiduría, todo el Amor, toda la fe, en fin todo lo bueno y positivo y también todo lo negativo, todo como creación de Dios nos envuelve, nos cobija desde siempre y para siempre, por lo que a través de este conocimiento y esta sabiduría de Dios, es que han sido posible todos los adelantos y todos los descubrimientos hechos hasta ahora, y los que están por ser alcanzados por el hombre.
Todo ha estado ahí desde el mismísimo principio de los tiempos, desde la creación de todo lo visible e invisible por la voluntad de Dios, hasta el final de los tiempos.
Recordemos esas sabias palabras bíblicas que en alguna ocasión hemos escuchado sin saber de dónde vienen y a las cuales seguramente nunca les hemos dado la tremenda importancia que se merecen, y esto por no discernir el significado real de su contenido; Dichas palabras son,
"Lo que fue volverá a ser, lo que se hizo se hará nuevamente. No Hay Nada Nuevo Bajo el Sol"
(Eclesiastés 1: 9,),
Es decir: que bíblicamente todo el conocimiento y toda la sabiduría, y todo lo demás se encuentran desde siempre y para siempre alrededor nuestro, cubriéndonos, envolviéndonos por mandato divino, y que tan solo basta con seguir el orden correcto en las instrucciones que Jesús nos ofrece a través del Nuevo Testamento para penetrar en su Esfera Espiritual del Poder Total y hacer nuestro el plan que Dios tiene para usted, para mi, y para todo aquel que quiera guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Jesús en el orden y para el propósito de Dios.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:35

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Etiqueta 27

Veamos. ¿Cuáles son las instrucciones que Jesucristo nos da para tener acceso a su Esfera de Poder?
Analicemos, pensemos, razonemos. ¿Cómo es que vemos las cosas físicas y materiales, percibimos olores, escuchamos sonidos, o reconocemos sabores agradables o desagradables, o al sentirlo, cualquier objeto o material conocido? Lógicamente con nuestros cinco sentidos con los que fue equipado nuestro cuerpo por decisión divina para poder vivir y disfrutar en forma plena de este maravilloso mundo que fue creado, ni más ni menos para que reináramos en él. Así, que para tener consciencia de ello, fuimos también participados de alma y espíritu con la finalidad de poder alcanzar la comunicación a su debido tiempo, con el Poder Superior, y de esta manera tener abierto siempre el canal por el que manarán los dones, las energías y poderes de Dios a los que tenemos derecho por ser su creación predilecta y extensión de El mismo, quien además por la misma razón de su orden y propósito Divino, liberó de cualquier manera el decidir por nosotros mismos el modo y la forma en que deseáramos vivir y comportarnos, es decir, nos otorgó nuestra mente y voluntad humana sujeta a lo que conocemos como el libre albedrío, y por supuesto, también nos dio leyes que respetar para tratar de ser gratos a sus ojos y no caer en excesos que nos perjudicaran, lo que por supuesto sucedió y sucede actualmente, y esto, porque la Ley de Dios que Moisés dio a su pueblo en el Antiguo Testamento el hombre la ha utilizado para imponer sus propias enseñanzas y mandatos, por lo que no hubo hombre que pudiera cumplirla e inevitablemente fue conducido a lo que conocemos como pecado es decir, desobediencia, y como consecuencia de ello fue afectado negativamente y le fueron vedados los beneficios espirituales a los que hubiera tenido derecho si hubiera podido cumplir con ella.
Sólo que ha sido más fuerte el obedecer enseñanzas y mandatos de hombre, que obedecer el mandato de Dios, esto sin duda provocado por nuestra soberbia y necedad al creernos autosuficientes sin que en verdad lo seamos.
Esta provocación se da sin sentirlo porque vivimos intensamente este mundo material, gobernado a través de las tradiciones religiosas, lo que verdaderamente tienta a nuestro yo mental material a través de nuestro libre albedrío a imponer su voluntad en combinación con el conocimiento natural del hombre para impedir, de muchas maneras, que nuestra mente espiritual que proviene de la Mente de Dios prevalezca. Esto invariablemente se da como consecuencia de haber heredado de nuestros antepasados muchas de sus tradiciones, y que al conservarlas, nos ha sido velado a la inmensa mayoría de la humanidad el conocimiento espiritual que por la misericordia de Dios debiera correspondernos.
Aceptemos en nosotros, creyentes de Jesús, el Espíritu de valentía y de dominio propio que viene de Dios para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo y no desviarnos, ni desviar a nadie ni a la derecha ni a la izquierda de su Palabra para no tomar ningún sendero que vaya haciendo más largo el trayecto para entrar en el camino recto al Reino de Dios.
Esta obediencia a esos mandatos de hombre, hace que el ser humano normalmente sumido en sus tradiciones, no muestre mucho interés para escuchar otros conceptos fuera de lo que le ha sido enseñado en ellas y que pretendan provocar cambios en sus creencias, en sus costumbres, o en sus estudios, por lo que en lugar de que abra la puerta espiritual en su mente con la llave de su libre albedrío para tratar de escuchar o de entender esos nuevos conceptos, se cierra completamente a ellos y no muestra ninguna disponibilidad para hacerlo, presumiblemente, por el miedo casi inconsciente de arrancarse de la mente ese lastre que viene arrastrando por siglos y que lo ha mantenido en alguna tradición religiosa para no querer adentrarse en la lectura, reflexión y meditación de la Palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento.
Es necesario y urgente estar dispuestos a reflexionar y meditar en la Palabra de Jesús para que nuestra mente se abra a la forma espiritual de ver y sentir las cosas para recuperar todos los tesoros divinos que la soberbia, la ignorancia y la necedad de nuestros ancestros y actualmente de nosotros mismos, han hecho que continúen velados a nuestros ojos, manteniéndonos dormidos para no ver las profundas maravillas que Dios, a través de Jesucristo, quiere compartir en forma plena y total con todos aquellos hombres y mujeres de cualquier edad obedientes a su Palabra, y no a todos aquellos que detienen estas bendiciones por su obediencia a las enseñanzas y mandatos de hombre.
Para que podamos ubicarnos en el camino correcto al Reino de Dios, deberemos recordar, hasta donde sea posible, los ambientes en los que fuimos formados desde nuestra infancia y hasta la fecha, es decir: familiar, social, escolar, religioso, de trabajo ya sea profesional, obrero, técnico o cualquier otro, ya que así estaremos en la posibilidad de reconocer lo que nos agradó o disgustó de esos tiempos de nuestro desarrollo físico y mental, ubicándonos y reflexionando mentalmente en ellos, ya qué a través de estas reflexiones obtendremos los elementos necesarios que se requieren para poner en práctica todos los pasos que se describen en estos escritos y descubrir por nosotros mismos las posibilidades reales de conocer nuestra verdad existencial de acuerdo a los conocimientos que nos serán compartidos a través del Nuevo Testamento, reconociendo, que ningún cristiano podrá recibirla por ningún otro medio diferente a él. Esos conocimientos que han dado como resultado manifestaciones milagrosas en el hombre por el Poder que Dios otorgó a Nuestro Señor Jesucristo son conocidas en las comunidades cristianas de cualquier denominación por los testimonios que proclaman personas que han recibido esas bendiciones en el poderoso Nombre de Jesús.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:37

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Etiqueta 28

Sin embargo, por el poco tiempo que nos damos para conocer de Dios por medio de conocer a Nuestro Señor Jesucristo a través de la reflexión y meditación en su Palabra para recibir el discernimiento espiritual de ella, nos aferramos al conocimiento tradicional de hombre que nos ha dominado por mucho tiempo en la ciencia, en la tecnología, en todas las áreas del saber humano, pero sobre todo en nuestras creencias religiosas o espirituales.
Esto se da porque necesitamos creer en algo y nos dejamos manipular por esas tradiciones que nos va llevando de la mano en la búsqueda del conocimiento que nos acerque a la verdad que tal vez inconscientemente rechazamos.
Estas reflexiones pretenden ser el camino que lo lleve a conocer la verdad; y de lo que se trata, es de invitarlo a despertar a la vida verdadera según el Nuevo Testamento, reflexionando y meditando profundamente en él y en compañía de quienes así lo quieran, para que el Poder de Dios a través de Nuestro Señor Jesucristo pueda manifestarse de una manera real y efectiva en usted, en mí, y en cualquier persona que esté dispuesta a comprobarlo por si misma, siguiendo disciplinadamente las indicaciones contenidas en el Nuevo Testamento guardando y enseñando a cumplir con fidelidad la Palabra de Jesús como la voluntad de Dios.
Recordemos nuestra niñez hasta donde nos permita la memoria, recordando el trato que recibimos de todos los que nos rodearon; de pequeños amigos nuestros, de los vecinos con los que convivimos, de familiares como tíos, primos, hermanos, etc. de nuestros condiscípulos, de nuestros profesores, y por supuesto de nuestros padres o de quien hayamos dependido afectuosa y económicamente, así como de los ambientes en que nos desenvolvimos y desarrollamos, ya que de todos ellos recibimos cierta influencia, que quiérase o no, marcaron el rumbo de nuestra actual forma de vida.
Esos momentos de nuestra niñez en que muchos teníamos le plena seguridad de que nuestros padres todo lo podían y todo lo sabían, aún cuando muchos no sintieran que fueran amados por cualquiera de ellos como hubiesen deseado, fueron muy importantes para nuestro desarrollo como personas, ya que todo lo que aprendimos de ellos en esa etapa importantísima de nuestra vida sirvieron de base para nuestro comportamiento futuro en todas las áreas de nuestra vida personal, ya que toda la información y la enseñanza que recibimos de ellos, positiva o negativa, la adoptamos como algo normal aunque no nos agradara en función de ser nosotros quien la recibiera, sin embargo, todo, absolutamente todo, quedó registrado en nuestra mente tierna e inocente, y que por lógica, eso hizo que influyera en gran manera en nuestro crecimiento físico, material y espiritual.
Posteriormente empezamos a vivir muchos de nosotros, porque no podemos decir que todos, la etapa tal vez más difícil de nuestra existencia, una etapa que nos confundió en forma tremenda, ya que muchos de nosotros, pienso que la inmensa mayoría, no estábamos preparados para esa dolorosa transición, dolorosa porque en ese periodo de cambio natural, nuestros valores empezaron a cambiar, ya que comenzábamos a dejar de ser niños para empezar a ser jóvenes, así, que nuestro comportamiento en esa etapa difícil de nuestra vida, aumentada por los recuerdos de nuestra niñez, fluctuaba entre un niño caprichoso y un joven necio que hizo que tuviéramos diferencias profundas con nuestros padres y con todos los adultos en general, lo que nos hizo sufrir e hicimos sufrir a las personas de nuestro entorno porque no compartían nuestras inquietudes y nuestra especial forma de pensar, pero que gracias a los valores positivos que rescatamos en nuestra niñez, hicieron que muchos de nosotros tratáramos de encontrar respuestas a tantas interrogantes que nos acosaban.
Quien no recuerda que en algunos momentos de esa etapa de nuestra vida nos preguntábamos:
¿Cuál es el motivo de mi existencia?
¿Porqué nadie me entiende ni me comprende?
¿Cuál es la finalidad de mi vida si todo y todos me parecen tan confusos?
¿Porqué están todos en contra mía?
¿De verdad me querrán mis padres?
Y la pregunta obligada de los $ 64,000.00  esa edad:
¿Existe Dios?
En fin, fueron tantas y tan variadas nuestras inquietudes y preguntas a esa edad que parecían no tener respuesta, o cuando menos no las que queríamos escuchar en esos momentos, y que la mera verdad ni siquiera queríamos escucharlas, pues en cuanto se presentaban las empezábamos a cuestionar todas o casi todas porque no iban de acuerdo a nuestra forma de pensar como jóvenes, ya que creíamos que lo que en realidad querían nuestros padres y todos los adultos que pensaban como ellos, era limitarnos en nuestras actitudes, en nuestra forma de pensar, de vestir, y sobre todo de expresarnos, pero al cuestionar lo antes dicho, es cuando comienza a surgir en nosotros el afán de encontrar nuestras propias respuestas, que no soluciones; y es precisamente en esos momentos de reflexión, cuando empezamos a despertar al deseo de investigar todo sobre lo que no nos llena de nuestro comportamiento y el comportamiento de los demás, niños, jóvenes y adultos, porque de alguna manera estas inquietudes nuestras, están afectando nuestras relaciones con nuestros padres y con todos los que nos rodean, y aunque aparentemente uno disfruta de esas situaciones porque les da uno un tinte burlón, no es así, ya que el descontento lo sentimos inclusive en contra de nosotros mismos, ya que nos damos cuenta de que algo no anda muy bien que digamos en nuestras relaciones con los demás, y ese sentimiento de rechazo mutuo, es el motor que a muchos nos impulsa a buscar y a tratar de obtener la mayor información posible, por cualquier medio de estudio hablado o escrito, para esbozar aunque sea de manera ligera, eso que no nos deja satisfechos y que está causando que nuestro comportamiento esté afectando, mas que a nadie, a nosotros mismos.

 

"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 18:40

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Etiqueta 29

Por supuesto que el buscar para tratar de obtener esa información no nos resulta nada fácil porque ni siquiera nos damos cuenta de lo que estamos buscando, y es muy probable que esas primeras informaciones que recabemos no sean las mas adecuadas, sin embargo, estas informaciones primeras nos van dando cierta luminosidad en nuestras mentes que hace que tengamos esperanza en nuestro futuro puesto que vamos encontrando valores, que tal vez sin notarlo, nos van guiando hacia ese objetivo de descifrar el tremendo enigma del porqué de nuestra existencia, con paso lento pero seguro, que nos va adentrando poco a poco, de acuerdo al conocimiento que vamos adquiriendo en el tratar de entender todo lo que nos pasa para seguir en la búsqueda de ese camino a encontrar aquí en el mundo que nos vio nacer e ir adquiriendo valores que nos vayan ubicando en las demás áreas de nuestra existencia, es decir: ir tomando de esos valores, ciertos conocimientos de lo que es nuestra alma y nuestro espíritu para irnos acercando poco a poco al verdadero motivo y razón de nuestra existencia.
Después, a base de tropiezos y largas horas de insomnio que recayeron sobre nuestros padres, vienen los años de nuestra joven adultez, en los que empezamos a tratar de poner en práctica todos los conocimientos adquiridos a través de nuestros padres, de nuestros maestros, de todos los libros que estudiamos de cualquier índole, y por supuesto, de la convivencia diaria con nuestros familiares, amigos y conocidos en la escuela, en el trabajo, o en los ambientes de cualquier tipo que acostumbramos frecuentar, y al comentar con todos ellos acerca de todo lo aprendido, positivo y negativo, y ponerlos a su consideración, discutimos por motivos de nuestra poca experiencia y a nuestra muy particular forma de ver las cosas, para tratar de imponer nuestros conceptos, aumentados o disminuidos por nuestra libre forma de pensar para que estos sean los que tengan validez, porque nuestros poco expertos y humanos razonamientos parecieran ser los más correctos, por lo que, por esta forma de querer imponer nuestros razonamientos, volvemos a entrar en conflicto con algunas de las personas que tienen un punto de vista diferente al nuestro, y que por supuesto, piensan de manera distinta a como nosotros razonamos las cosas sobre las enseñanzas recibidas, pero que gracias a esas discrepancias, muchos somos movidos a esforzarnos en reflexionar sobre ello aprovechando nuestras experiencias para fortalecer y reforzar nuestros conceptos, o por el contrario, estar en las condiciones adecuadas, a través de esas experiencias, para cambiar muchos conceptos que en su momento fueron válidos, pero que sin embargo nos vamos viendo en la imperiosa necesidad de irlos modificando para adaptarlos a los nuevos tiempos por venir en nuestras vidas.
Esos nuevos tiempos nos traen más conocimiento, pero ahora vienen acompañados con algo de sabiduría porque ahora ya tuvimos la oportunidad de vivir muchas experiencias propias que nos colocan en este punto, ya que la adultez, madura después de pasar por todo lo anterior, proporcionándonos un poco después y en forma paulatina, los medios y los fundamentos necesarios, para que en estos nuevos tiempos que empezamos a vivir, nos empiecen a encaminar por el sendero adecuado que nos deberá conducir al conocimiento real del por qué de nuestra existencia y encontrar la forma ideal para tener una realización personal plena.
La finalidad de todo lo anterior, es recordar el gozo, o el daño poco o mucho que se nos causó o causamos de palabra, obra u omisión con quienes convivimos en cada etapa de nuestra vida, y que por esa poderosa razón, es que nuestra forma de ser, de actuar y de vivir, es como es, pero si nosotros queremos cambiar positivamente y ubicarnos en el orden que Dios nos manifiesta en la Palabra de Jesús, deberemos disponernos a perdonar sinceramente a todo el que nos causó daño de cualquier forma y manera, y sobre todo, arrepentirnos y pedir perdón por todo el daño que consciente o inconsciente causamos a nuestros semejantes, y así, comenzar una nueva vida.
Esa nueva vida deberá gestarse en nuestro jardín del alma, ese lugar en donde se encuentra sembrada la fe de Dios por medio de su Hijo Jesucristo. Ese jardín del alma se encuentra en el cerebro en cuyos surcos ha sido depositada la semilla de la fe de Dios que él dispuso en la mente de todo ser humano, para que todo el que así lo quiera, se decida a regarla, abonarla, cultivarla y cuidarla con amor, esmero y dedicación a través del estudio y la meditación de su Palabra contenida en el Nuevo Testamento, para que esa semilla de la fe de Dios en su Hijo Unigénito vaya creciendo poco a poco hasta convertirse en lo que ya es, la vid productora del Fruto del Espíritu, y será entonces, que por decisión propia, podremos ser injertados en esa vid para formar parte integral de ella para que podamos ser compartidos por el dueño de la viña produciendo ese exquisito fruto en forma cada vez más abundante.

 

"ESCUCHA HERMANO, HERMANA"

16.06.2013 22:11
 
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        Etiqueta 10

Las reflexiones que a través de estos escritos se expondrán, serán ejemplos para ser comparados con lo que posiblemente haya pasado en nuestra vida y seamos interesados a aceptar la invitación hecha anteriormente, y a su tiempo, ser convencidos a convertirnos realmente en fieles creyentes de Jesús para ser liberados de las cadenas con las que el Tentador nos tiene cautivos en este mundo y empezar a vivir a plenitud en el Reino de Dio
Sin duda, en el transcurso de los tiempos, el ser humano siempre se ha visto envuelto en diversas situaciones que no le han agradado de ninguna manera, ya que en ellas, ha sido lastimado profundamente en lo material, físico, sentimental o emocional, todo lo cual le hace creer que vino a este mundo a sufrir de cualquier forma y manera y no percibe un sendero que lo conduzca al camino de la paz y al amor duradero, así que por su misma ansiedad de sentirse reconfortado lo lleva a introducirse en diversos senderos, esperando encontrar algo que le indique como llegar a ese camino en el cual podría ser despojado de todo lo negativo que lo está lastimando profundamente para que la paz y el amor que desea, se haga realidad en su vida.
Así, pues, se introduce en el sendero de los pleitos y los reclamos con quien cree que es, o son los causantes de todas sus desdichas. O por el contrario, a la aceptación sumisa e incondicional de todo maltrato personal, social o familiar que ha recibido en forma física o hiriendo sus sentimientos o emociones; agresiones recibidas con acciones, palabras o actitudes. O bien, se introduce en el sendero de las lamentaciones, haciendo partícipes a la mayor cantidad posible de personas, familiares, amigos o conocidos, de todo lo negativo que le pasa y a qué, o a quién, hace responsable de todo ello para que se solidaricen con él, sin darse cuenta, de que en muchos de los casos él es la causa de lo que le pasa.
Al ver que lo que consigue con lo anterior, lejos de resolver sus problemas se van complicando más porque invariablemente han sido enriquecidas con el punto de vista de cada una de las personas que involucró, que lo único que eso le ha traído como consecuencia, es a sumergirse en un estado depresivo, que si no encuentra como poderlo controlar, lo puede conducir a introducirse poco a poco en senderos de tentación, que con el tiempo, se pueden convertir en costumbres que se irán transformando en verdaderos vicios emocionales y sentimentales como la angustia, la apatía, el egoísmo, el cinismo, el descuido personal y familiar, el descontento y la ira constante por todo y en contra de todos inclusive hasta en contra de él mismo; la envidia, la frustración, el miedo a todo y por todo, la falta de esperanza, la falta de fe, la falta de confianza en los demás, o peor aún, la falta de confianza en él mismo; el no querer dar y por lo mismo el no recibir nada incluyendo amor; también cae en la vanagloria y en la mentira, esos sentimientos que hacen resaltar sus virtudes y minimizar u ocultar sus defectos; y por supuesto, en la falsa modestia que hace resaltar de una manera sutil lo bueno en él, y lo malo en los demás. El hombre, al introducirse en esos senderos está a un paso de caer en tentaciones corporales como el adulterio, el alcoholismo, la prostitución, la drogadicción, y por lo tanto en el divorcio, el robo, el fraude, el secuestro, el homicidio, y muchas tentaciones más hasta llegar a la peor de todas, el suicidio, con lo cual cerraría de un solo golpe la entrada al camino que verdaderamente lo conduciría a ser despojado de todo lo negativo que le sucede en el trabajo, en el entorno social en el que se desenvuelve, y lo más importante, en su entorno familiar.
Es recomendable no echar en saco roto las consideraciones que más adelante le serán expuestas, porque posiblemente le darán a usted una visión completamente distinta de como ve actualmente las cosas y encuentre la forma de entrar por el camino correcto según el Nuevo Testamento que lo conduzca a la verdad y a la vida verdadera para tener una existencia plena, completa, en donde abunde por siempre todo lo positivo en nuestras vidas como la voluntad de Dios, voluntad que inconscientemente rechazamos al imponer nuestro libre albedrío tradicional. Así, que por principio de cuentas definamos:
1.- ¿Qué es el libre albedrío
El libre albedrío o libre determinación, es la facultad en el ser humano de querer o no querer hacer cualquier cosa.
2.- ¿Qué es la Potencia Intelectual humana?
Es el conocimiento que vamos recibiendo en nuestra mente a través de nuestra existencia en las diferentes áreas en que nos desarrollamos, el cual se va sembrando en nuestro jardín del alma, es decir: en el cerebro, y que por medio de nuestro libre albedrío, lo acomodamos a la Mente de Dios y a la Mente del Tentador en la conciencia del bien que deberíamos hacer y del mal que deberíamos evitar.
3.- ¿Qué es la Potencia Intelectual de Dios?
Es el conocimiento total y soberano del principio y el fin de todo lo visible e invisible, de su orden y propósito, es el Poder y la Sabiduría sin principio ni fin, es la Mente de Dios.
4.- ¿Qué es la Potencia Intelectual del Tentador?
Es el conocimiento total negativo de la mente de Satanás.
El libre albedrío del hombre en su nivel espiritual, se podría definir como:
La llave que Dios le dio para que éste se pudiera introducir, por medio de su potencia intelectual, de su voluntad, a la voluntad de Dios y/o a la voluntad del Tentador.

 

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