"Escucha Hermano, Hermana"

02.06.2013 15:51

/album/fotogaleria-escucha-hermano-hermana9/estrella-jc-jpg7/

Etiqueta 7

A muchas personas les ha sido dado el discernir la enseñanza de Jesús a través de la meditación seria y profunda de su Palabra plasmada en el Nuevo Testamento y están reconociendo los tiempos nuevos del Espíritu Santo, por lo que se han estado levantando de sus asientos para recibir en sus corazones el Espíritu de la Verdad y alcanzar la plenitud de los tiempos, dejando de observar días y meses y tiempos anteriores para guardar y enseñar a cumplir fielmente la Palabra de Jesús como la indiscutible voluntad de Dios y dejar de ser esclavos de las cosas y tradiciones religiosas de este mundo para poder ser verdaderamente levantados a su condición espiritual, para no solo ser llamados hijos de Dios, sino ser reconocidos como sus obedientes hijos y reclamar la herencia prometida, que por su gracia y misericordia infinita será compartida con nosotros a través de Jesucristo Nuestro Señor.
Lo que nos dará derecho a reclamar esa herencia de grandes y maravillosos tesoros espirituales que en mal momento el hombre cambió por los tesoros materiales, es el hacer nuestra realmente la Palabra de Dios que se encuentra escrita por el Evangelista Juan en el cap. 8: versículos 31 y 32 que dice:
"Si ustedes guardan siempre mi Palabra, serán mis verdaderos discípulos, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.
Si guardamos fielmente la Palabra de Jesús, serán nuestras todas las promesas que Dios hace al hombre, entre ellas, la promesa siguiente que nos dará la bendición para esforzarnos y ser valientes para guardar y enseñar a cumplir su mandato.
"Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo”
Juan cap. 14: versículo 27
Así pues, si queremos ser elevados a la condición de ser reconocidos como hijos obedientes de Dios meditemos profundamente en la Palabra de Jesús, pidiendo al Espíritu Santo la conducción necesaria para discernir adecuadamente las Escrituras del Nuevo Testamento.

Reflexiones sobre la Santísima Trinidad de Dios.

Una de las particularidades que une a la gran mayoría de los cristianos es la de reconocer a Dios como un ser trinito, es decir: creemos en un único Dios como el motivo de nuestra fe, pero que al mismo tiempo sabemos que son tres personas realmente distintas las que lo conforman, Padre Hijo y Espíritu Santo.
Este conocimiento que nos afirma lo anterior, el hombre cristiano lo ha hecho suyo por la enseñanza que ha recibido de su fe cristiana pero sin querer interesarse por conocer un poco más de lo que le ha sido enseñado a través de la religión tradicional de sus padres. Van pasando los años y seguimos viviendo en ese concepto, sin ponernos a reflexionar en él, ya que sentimos que debemos respetar esa tradición religiosa familiar sin querer conocer más de ello a través del estudio, reflexión y meditación en la Palabra de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento.
Así las cosas, el hombre y la mujer pasan demasiado tiempo en esa situación de ignorancia, promovida muchas veces por algunos líderes o representantes religiosos al limitar el conocimiento de Dios únicamente a lo que ellos enseñan, y la verdad ese enseñar no promueve ir más allá de lo tradicional, es decir: de lo que también les ha sido enseñado al libre albedrío de los jerarcas religiosos, y por lo tanto, a su voluntad y conveniencia humana. Esto se ha dado porque el hombre, sin darse cabal cuenta de ello, a sido enseñado a llevar su fe o su religión de una manera cómoda que le permita llevar su vida sin muchos obstáculos, dejando fluir libremente su voluntad humana y no la voluntad de Dios.
Esta situación la vivimos la inmensa mayoría de los seres humanos muchísimo tiempo, y eso hace que sea demasiado difícil el darnos cuenta y aceptar, que vivimos en una situación de ignorancia y comodidad, respecto a las cosas de Dios por la forma en que hemos sido conducidos en nuestra fe, y esto nos ha llevado a desconocer más de la cuenta con respecto a la santísima trinidad de Dios, e inclusive muchos aceptan otros conceptos distintos que hacen tambalear su fe cristiana pero que podrían cancelarlos muy fácilmente si empezaran por abrir su Biblia y después abrieran su mente hacia lo espiritual para que su libre albedrío sea convertido en la llave espiritual que les hará ser conducidos por el Espíritu Santo al discernimiento espiritual y no al razonamiento humano, para conocer el tiempo, el orden y propósito de Dios al habernos hecho a su imagen y semejanza.
Para adentrarnos en el conocimiento acerca de la Trinidad de Dios, deberemos estar bien atentos para discernir con la dirección del Espíritu Santo, la Palabra de Dios en su nivel espiritual, es decir: deberemos de meditar y reflexionar seria y profundamente en la Palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento para que su esencia espiritual sea en nosotros y discernir, que no a razonar, esa enseñanza, permitiendo que nuestra mente se abra a lo espiritual utilizando la llave del libre albedrío para hacerlo, dejando a un lado el razonamiento tradicional humano que nos obliga a pensar en la forma en que estamos acostumbrados o nos han acostumbrado, y por lo consiguiente a no encontrar lo que se encuentra velado a los ojos del hombre porque éste está sumido en normas, formas y métodos de humana sabiduría.
Debemos de permitir que se ilumine nuestra mirada interior para ser participados a través del Espíritu Santo del discernimiento espiritual bíblico a través de leer, estudiar y meditar profundamente la Palabra de Jesús para guardar y enseñar a cumplir sus mandatos fielmente como la voluntad de Dios, cultivando adecuadamente la semilla de la fe que Dios puso en todo ser humano para producir el Fruto del Espíritu al hacer nuestra su Palabra cuando dice:
"Ustedes serán mis verdaderos discípulos si guardan siempre mi palabra, entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."
 Juan cap. 8: vers. 31 y 32
Así, pues, si verdaderamente anhelamos recibir los dones y el Fruto del Espíritu, guardemos verdaderamente su Palabra siguiendo su enseñanza en su nivel espiritual y cambiemos nuestros pensamientos tradicionalmente materialistas, pues solo así iremos recibiendo gradualmente, a través del Espíritu de Verdad, el discernimiento necesario para entender las verdades espirituales bíblicas que seguirán estando veladas al conocimiento tradicional humano.
Así, pues, preparémonos a reflexionar en lo que el Espíritu Santo ha puesto en estas líneas, pidiéndole al Padre, en el Nombre de Jesús de Nazaret, poder discernir y entender quién es la Santísima Trinidad, y ver la imagen y semejanza que el hombre guarda con ella así como también la trinidad puesta en todas las cosas creadas por él.

 

Fotogalería: "Escucha Hermano, Hermana"

Elementos: 1 - 1 de 1